Por el Comité editorial de IVI Santiago
Desde IVI Santiago conocemos la importancia de las vitaminas esenciales y de mantener una alimentación saludable en el día a día de cada persona con el propósito de fortalecer el organismo y sobre todo si está por iniciar un tratamiento de reproducción asistida. Mucho se habla de los alimentos que se deben consumir en el periodo de gestación y de la cantidad de comidas que se deben realizar diariamente. Pero viene bien enfatizar que la ingesta de vitaminas es otro de los pilares para lograr que un bebé nazca sano.
¿por que son importantes estas vitaminas?
Aunado a esto, consumir multivitamínicos prenatales tampoco es una tarea que se hace a la ligera. Vale resaltar que son suplementos que contienen vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para un correcto funcionamiento, tomando en cuenta que las mujeres embarazadas demandan altos niveles de nutrientes y tienen diferentes necesidades. Estas previsiones antes y durante la gestación tienen dos propósitos: el primero, que el feto se desarrolle correctamente. El segundo, que se eviten los daños en el tubo neural por la falta de ácido fólico o cualquier otra malformación.
“Una madre debe consumir 2000 calorías al día promedio. Puede variar según el trimestre de embarazo. Con esta cantidad se estaría compensando el ciclo del embarazo como tal. Por ejemplo, al incluir suplementos vitamínicos se reduce hasta en un 40% el riesgo de tener un parto prematuro, mientras que los bebés con estos cuidados alcanzan hasta un 12% más de peso a diferencia de aquellos de mamás que no los consumen”, explica el Dr. Eliseo Sánchez Esteves especialista en reproducción asistida de IVI Santiago.
Vitaminas y el embarazo: ¿cuáles consumir?
Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud estiman que el 40% de las embarazadas en el mundo padecen de anemia. Esto se debe a una falta de hierro y de ácido fólico. Entonces, para evitar la anemia, la sepsis puerperal, el bajo peso al nacer y hasta el nacimiento prematuro, la OMS indica que se debe ingerir entre 30 y 60 mg de hierro y 0,4 mg de ácido fólico. Por lo general, se debe comenzar esta ingesta tres meses antes de la concepción.
Vitamina C
A este tipo de vitamina también se le conoce como ácido ascórbico. Un punto a destacar es que el cuerpo no la almacena, por ende, es importante incluirla en la dieta habitual de la siguiente forma: durante el embarazo se aconseja consumir 85 mg al día. Cantidad que se mantiene en la fase de lactancia. Y, finalmente, durante los 7 y 12 meses el bebé necesitará una dosis de 50 mg para potenciar su crecimiento celular más la absorción de hierro. Además, la falta de ésta produce pérdida de dientes y fiebre.
Alimentos fuentes de vitamina C:
- Naranjas
- Limón
- Morrones rojos
- Morrones verdes
- Fresas
- Brócoli
- Kiwi
- Pomelo
- Melón
- Tomates
Vitamina D
La vitamina D se caracteriza por ser una vitamina liposoluble que mejora la estructura de los huesos y los dientes. También ayuda a la absorción y utilización del calcio y fósforo. Asimismo, contribuye en el funcionamiento del sistema inmunitario y en el proceso de división celular. Vale resaltar que su ingesta disminuye el riesgo preeclampsia, un parto prematuro y reduce la diabetes gestacional. El déficit de vitamina D puede afectar el desarrollo del sistema musculoesquelético del feto.
Alimentos fuentes de vitamina D:
- Huevos
- Salmón
- Lácteos
- Carnes
- Mantequilla
- Atún en aceite
- Hígado vacuno
- Hongos
- Champiñones
- Palta
Vitamina K
La vitamina K es ideal para mejorar la coagulación de la sangre al igual que la salud de los huesos. En líneas generales, se recomienda que una mujer embarazada consuma un total de 90 mcg al día para tener un buen funcionamiento de su organismo. Hasta la fecha no se registran reportes sobre algún efecto secundario de este tipo de vitamina. Bien se sabe que las bacterias del colon producen esta vitamina, pero el cuerpo lo absorbe. Sin embargo, hay personas que tienen problemas para dicha absorción. Por ejemplo, personas con fibrosis quísticas o personas que se han sometido a una cirugía bariátrica.
Alimentos fuentes de vitamina K:
- Espinaca
- Col rizada
- Brócoli
- Lechuga
- Aceites vegetales
- Arándanos azules
- Higos
- Carnes
- Quesos
- Huevos
Vitamina B12
Forma parte de las 8 vitaminas del grupo B. Se trata de una vitamina hidrosoluble esencial para el desarrollo y funcionamiento del cerebro, del sistema nervioso, de las neuronas y del grupo sanguíneo. En el caso de las mujeres embarazadas los valores de esta vitamina se deben ubicar en valores superiores a 300 ng/l. Su consumo adecuado beneficia al correcto desarrollo del tubo neural del feto. A su vez, los expertos en fertilidad recomiendan también la ingesta de calcio, hierro y yodo para potenciar la buena salud tanto de la madre como del niño.
Alimentos fuentes de vitamina B12:
- Salmón
- Hígado de ternera
- Lácteos
- Almejas
- Cereales
- Caviar
- Huevos
- Yogurt
- Queso
- Soja
Ácido fólico
El ácido fólico (o folato) es una vitamina B (que pertenece al grupo B9) y es recomendado por los médicos antes del embarazo; preferiblemente tres meses antes de la gestación. Lo ideal es que consuman unos 400 microgramos (0,4 miligramos) de ácido fólico diario. Esto porque reduce, en gran medida, las anomalías en el tubo neural del feto; entre los que destacan la espina bífida, la anencefalia y la encefalocele. En tanto, es ideal que después de la maternidad las mujeres consuman un total de 400 mcg de este suplemento para regularizar el rendimiento del cuerpo.
Alimentos fuentes de ácido fólico:
- Pan integral
- Espinacas
- Judías verdes
- Guisantes
- Brócoli
- Pan blanco enriquecido
- Cereales
- Coles de Bruselas
- Pastas
- Arroz
¿Por qué son importantes estas vitaminas?
El consumo de multivitamínicos prenatales no debe hacerse a la ligera. Hablamos de suplementos que contienen vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para un correcto funcionamiento, tomando en cuenta que las embarazadas demandan altos niveles de nutrientes y tienen diferentes necesidades. Estas previsiones antes y durante la gestación tienen dos propósitos: el primero, que el feto se desarrolle correctamente, y el segundo, que se eviten los daños en el tubo neural por la falta de ácido fólico o cualquier otra malformación.
“Una madre debe consumir 2000 calorías al día promedio. Puede variar según el trimestre de embarazo. Con esta cantidad se estaría compensando el ciclo del embarazo como tal. Por ejemplo, al incluir suplementos vitamínicos se reduce hasta en un 40% el riesgo de tener un parto prematuro, mientras que los bebés con estos cuidados alcanzan hasta un 12% más de peso a diferencia de aquellos de mamás que no los consumen”, explica el Dr. Eliseo Sánchez Esteves especialista en reproducción asistida de IVI Santiago.
A su vez, los expertos en fertilidad de IVI Santiago recomiendan también la ingesta de calcio, hierro y yodo, para potenciar la buena salud tanto de la madre como del bebé.
¿Estás embarazada? Evita estos alimentos en tu dieta
Alto consumo de vitamina A: Eliminar de la dieta el hígado de bacalao. Mientras que la vitamina A que se encuentra en las verduras y frutas es beneficiosa.
Bebidas alcohólicas: Puede generar hepatopatías, alteraciones del desarrollo cerebral del feto y dificultades al absorber la vitamina B 12.
Huevos crudos o pocos cocidos: Estas comidas pueden estar contaminadas por la Salmonella. Esto se traduce en la aparición de vómitos.
Quesos curados: Presentaciones del queso como el brie, cambozola, camembert y hasta el queso azul, contienen la bacteria conocida como Listeria, que puede provocar un aborto.
Cafeína: Durante el embarazo, la cantidad de cafeína no debe sobrepasar las 5 tazas al día.
Es muy importante tener una alimentación balanceada y consumir las vitaminas esenciales durante el embarazo, pero también es muy importante cuidarse antes de comenzar un tratamiento de reproducción asistida. La obesidad por ejemplo es un obstáculo con el cual se encuentran algunos especialistas a la hora de tratar la infertilidad en los pacientes, por eso se recomienda siempre intentar llevar una vida mas saludable.
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