Por el Comité editorial de IVI Santiago
Mucho se habla de los cuidados que se deben tener durante el embarazo para traer al mundo un bebé sano. Más allá de si el embarazo se logra a través de una técnica de Reproducción Asistida o de manera natural, viene bien analizar cuáles son las etapas del desarrollo del feto a modo de conocer a profundidad cómo un óvulo se transforma en un blastocisto, luego en un embrión y, finalmente, en un feto.
Además de tener conocimiento sobre las distintas etapas por las que pasa el embrión, es importante puntualizar cuáles son los exámenes prenatales que se deben realizar para tener un control exhaustivo en el periodo de gestación, de acuerdo a los expertos en materia de fertilidad.
Fecundación
Después de un ciclo de menstruación normal, ocurre el desprendimiento de uno de los óvulos del ovario luego de 14 días de la última fecha de la menstruación. A este proceso de “liberación” se le conoce como ovulación. Y es en dicha fase de ovulación en la que el moco del cuello uterino se torna más fluido y elástico, de manera que los espermatozoides puedan ingresar fácilmente desplazándose por la vagina, mediante el cuello uterino. El recorrido continúa hacia el interior del útero hasta llegar a las trompas de Falopio, donde se produce la fecundación de forma natural.
Tras la fecundación, los cilios que revisten a las trompas de Falopio transportan el óvulo fecundado (conocido como cigoto) hasta el útero. Mientras que las células del cigoto se dividen una vez que descienden por la trompa hasta la cavidad uterina. Vale remarcar que el cigoto demora, en promedio, de 3 a 5 días para entrar en el útero. Seguidamente, las células continúan su proceso de dividirse hasta que toman la forma de una bola “hueca” y se le llama blastocisto.
Blastocisto
Al cabo de unos 6 días de producirse la fecundación de óvulo, el blastocisto pasa a adherirse al revestimiento de la parte interna del útero. Para efectos, a esta fase se le denomina como implantación y transcurre entre los días 9 o 10. Por otro lado, los expertos en medicina reproductiva señalan que dicho blastocisto presenta un grosor similar al de una célula. Sin embargo, tiene una zona específica que tiene un tamaño de 3 o 4 células. Y es justamente esta área engrosada la que da lugar a que las células internas se conviertan en un embrión. Mientras que las que están ubicadas en la zona externa van hacia la pared del útero y se convierten en la placenta.
Podría decirse que la placenta es esa conexión entre la madre y el bebé. Y no se trata de una simple frase. Dentro de la placenta se generan varias hormonas necesarias que permiten el correcto desarrollo del embarazo. En otras palabras, se produce la gonadotropina coriónica humana, una sustancia que evita la liberación de los óvulos. Es decir, su función es estimular los óvulos en los ovarios de manera que se produzcan estrógenos y progesteronas. Pero ¿por qué es tan importante la placenta? Pues bien, la placenta también le transporta el oxígeno y los nutrientes de la mamá hacia el feto.
Otro aspecto a resaltar durante el desarrollo del blastocisto es que las células que se alojan en la placenta se dividen en dos: la primera, en una capa externa de las membranas (corion). La segunda, en una capa interna de las membranas (amnios) y es allí donde se forma el saco amniótico, por lo general, entre el día 10 o 12 considerándose en este punto un embrión. En tanto, el saco se llena de un líquido claro; se trata del líquido amniótico que rodea al embrión.
Desarrollo del embrión
Por consiguiente, en esta etapa evolutiva del embarazo el embrión se va formando en el interior del saco amniótico. En la mayoría de los casos, en esta fase empiezan a formarse los órganos internos junto a las estructuras externas del bebé. Exactamente, esto se produce durante las 3 semanas después de la fecundación (en la 5 semana del embarazo).
Esto significa que el embrión va adoptando ciertas características, como, por ejemplo: su estructura se alarga y de a poca toma cierta similitud con la forma humana. También se desarrolla la zona donde está el cerebro y la médula espinal (tubo neural). Además, antes del día 16 el corazón y los vasos sanguíneos se van desarrollando. Pero es en el día 20 que el corazón bombardea líquido por esos vasos sanguíneos. A su vez, en el día 21 aparecen los primeros glóbulos rojos (eritrocitos).
A tomar en cuenta…
- Los órganos del bebé se forman al cabo de las 10 semanas luego de la fecundación (lo que supone es la 12 semana del embarazo).
- El encéfalo y la médula espinal siguen creciendo y madurando conforme avanza el embarazo.
- Las malformaciones (anomalías congénitas) pueden manifestarse cuando se da la formación de los órganos. Es en ese momento cuando el embrión es más vulnerable a los efectos de los fármacos, a las radiaciones y hasta a los virus.
¿Qué exámenes se deben hacer durante el desarrollo embrionario?
Una vez que se confirme el embarazo, la futura madre deberá realizarse una exploración física durante las 6 y 8 semanas:
En la primera revisión médica
- Medir la estatura, el peso y la presión arterial
- Revisar si los tobillos presentan hinchazón
- Revisar la posición y el tamaño del útero
- Realizar una muestra de sangre para descartar enfermedades infecciosas como la sífilis, la hepatitis y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
- Determinar el factor Rh (positivo o negativo)
- Analizar la muestra de orina
Frecuencia de las consultas médicas
- Cada 4 semanas – hasta las 28 semanas de embarazo
- Cada 2 semanas – hasta la semana 36
- Finalmente, una vez a la semana hasta el parto
Exámenes médicos de seguimiento
- Cribado del primer trimestre: mediante un análisis de sangre y una ecografía se determina si el feto puede desarrollar una anomalía cromosómica como Síndrome de Down o bien deformaciones congénitas
- Ecografía: este examen médico es primordial para saber cuál es la posición que tiene el feto
- Muestreo del vello coriónico: mediante este examen se puede determinar si las células de la placenta tienen una anomalía cromosómica como el Síndrome de Down).
¿Es necesario hacer cambios en cuanto a la alimentación?
- La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una ingesta de 285 kcal/día para las mujeres que mantienen su nivel de actividad física normal. Mientras que para aquellas que prefieren reducir su jornada aconsejan 200 kcal/día (4)
- La ingesta de ácido fólico es fundamental y se consigue tanto en suplementos vitamínicos (tomar 3 meses antes del embarazo) como en verduras de hojas verdes
- El consumo de otros nutrientes esenciales como el Zinc, el Yodo, el Hierro, las vitaminas A, B y D no deben faltar
- Los ácidos grasos, el Omega 3 y el Calcio son vitales durante la gestación
- Es una buena idea incluir frutos secos en la dieta diaria
- Es necesario evitar las carnes crudas, el alcohol y las grasas saturadas
¿Es posible hacer actividad física durante el desarrollo embrionario?
Si la práctica de actividad física no está contraindicada por el médico tratante es una buena opción para la madre y su bebé que está por nacer.
- Una caminata moderada y suave es beneficiosa para evitar la inflamación en las piernas, los pies o los tobillos. También ayuda en asuntos de hemorroides.
- Manejar la bicicleta mejora la circulación sanguínea, relaja, tonifica y se puede practicar hasta el 5to ó 6to mes del embarazo.
- Leves ejercicios bajo el agua, las actividades como el yoga o pilates, los estiramientos de columna, los ejercicios de Kegel hasta los ejercicios de cuclillas son apropiados para las mujeres gestantes. Además de ser una alternativa para mejorar la salud de la madre, funciona como un vínculo íntimo y amoroso con el bebé.
En IVI nuestros embriólogos ponen especial atención en desarrollo del embrión, hace ya unos años contamos con el EmbryoScope, que es un incubador con una pantalla que entrega imágenes en tiempo real del desarrollo embrionario, en definitiva, son los embriólogos los encargados de velar por el cuidado de aquellos que el día de mañana serán los futuros bebés.
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