Por el Comité editorial de IVI Santiago
El hipotiroidismo en el embarazo es un tema de gran importancia que no se debe pasar por alto. Este trastorno tiroideo, caracterizado por la carencia de hormonas tiroideas, es muy común y se estima que afecta entre el 3% y el 5% de todas las mujeres embarazadas.
Dicha afección supone ciertos riesgos. Por ejemplo, se han registrado casos de enfermedad tiroidea autoinmune, caracterizada por la presencia de anticuerpos en la sangre.
Por esta razón, en IVI Santiago queremos hablarte sobre lo que significa embarazarse con hipotiroidismo, sus implicaciones en la fertilidad, así como del hipertiroidismo durante la concepción.
Embarazarse con hipotiroidismo: aprende a detectar las señales
Quedar embarazada cuando se vive con hipotiroidismo es de gran importancia médica. El hipotiroidismo es un trastorno que involucra a la glándula tiroides y se caracteriza porque presenta una actividad insuficiente.
Las hormonas tiroideas son cruciales porque controlan cómo el cuerpo utiliza la energía y afectan la manera en que trabajan prácticamente todos los órganos, incluido el corazón. Cuando hay un exceso de estas se produce el “hipertiroidismo”, mientras que una carencia se conoce como “hipotiroidismo”.
El hipotiroidismo en el embarazo significa que la glándula tiroides está menos activa de lo normal. Puede ser difícil de diagnosticar porque muchos de sus síntomas se confunden con los de la concepción.
Por ejemplo, la fatiga, la menstruación anormal en ciertos casos y el aumento de peso fuera de los parámetros normales. Así, la enfermedad puede pasar desapercibida y no recibir el tratamiento adecuado en tiempo y forma. Estos síntomas pueden parecerse a los de otras afectaciones a la salud, por eso, siempre se debe consultar a un profesional que realice el correcto diagnóstico.
Los principales síntomas de hipotiroidismo en el embarazo incluyen:
- Cansancio extremo.
- Intolerancia al frío.
- Estreñimiento grave.
- Piel seca.
- Rostro hinchado e inflamado.
- Síndrome de túnel carpiano (caracterizado por un hormigueo en la mano).
- Calambres musculares.
- Piel áspera y seca.
- Párpados caídos.
- Problemas de la memoria o falta de concentración.
- Habla lenta y/o con voz ronca.
Estos síntomas pueden ser muy sutiles e incrementarse de manera gradual. Además, cada persona los puede experimentar de manera diferente. En muchos casos pueden confundirse con síntomas característicos de la depresión.
Por lo general, el hipotiroidismo en el embarazo es causado por la enfermedad de Hashimoto. Este padecimiento se presenta en 2 de cada 100 casos y es un trastorno autoinmune. Esto quiere decir que el sistema inmune produce anticuerpos que atacan a la tiroides, dando lugar a inflamación y daños que dificultan la producción de hormonas tiroideas.
El hipotiroidismo se diagnostica tras realizar un análisis de sangre que mide la hormona tiroidea (conocida como tiroxina o T4), así como los niveles de TSH (hormona estimulante tiroidea) en el suero sanguíneo.
Finalmente, cabe señalar que el riesgo de desarrollar hipotiroidismo se incrementa con la edad. Por eso es tan importante tratarlo, ya que cada vez más mujeres deciden iniciar su embarazo a una edad más avanzada.
¿Cómo afecta el hipotiroidismo al feto?
En los primeros tres meses de embarazo, el bebé depende totalmente de la hormona tiroidea de la madre, la cual llega a través de la placenta. Para la semana 12, la tiroides del bebé comienza a funcionar por sí sola. Sin embargo, aún no produce suficiente hormona tiroidea hasta las 18 o 20 semanas de embarazo.
Las hormonas tiroideas son muy importantes porque ayudan al desarrollo del cerebro y el sistema nervioso del bebé. La carencia de estas hormonas puede producir efectos dañinos en el feto.
El hipotiroidismo tiene algunos efectos sobre la fertilidad cuando hablamos de embarazo. Esta enfermedad se asocia con un mayor riesgo de sufrir ciertas complicaciones, por ejemplo: desprendimiento de placenta, parto prematuro, sangrado vaginal posterior al parto, anemia, aborto espontáneo, muerte fetal, bebé con bajo peso al nacer y preeclampsia (es decir, un aumento peligroso de la presión arterial al final del embarazo).
La carencia de hormonas tiroideas, al estar estrechamente relacionadas con el desarrollo del cerebro y sistema nervioso del bebé, pueden ocasionar un coeficiente intelectual bajo, así como problemas en el desarrollo normal del bebé.
El tratamiento del hipotiroidismo en el embarazo consiste en el reemplazo de la hormona que la tiroides no puede producir. El médico receta levotiroxina, medicamento que es igual a la T4, una de las hormonas tiroideas. Este medicamento es seguro para el bebé y se utiliza hasta que pueda producir su propia hormona tiroidea.
Otros medicamentos para la tiroides contienen T3, otro tipo de hormona tiroidea. Sin embargo, esta no se recomienda durante el embarazo pues es incapaz de ingresar al cerebro del bebé (tal como lo hace la T4). Los expertos únicamente recomiendan levotiroxina (que contiene T4 y sí puede ser asimilada por el bebé).
¿Qué pasa en el caso del hipertiroidismo en el embarazo?
Hasta este punto hemos hablado sobre el hipotiroidismo en el embarazo, ahora toca el turno de hablar de su contraparte: el hipertiroidismo. Esto implica que la glándula tiroides está más activa de lo normal.
Quedarse embarazada con hipertiroidismo requiere atención médica porque puede causar ciertas afectaciones tanto al bebé como a la madre. Sin un tratamiento, el hipertiroidismo en el embarazo puede aumentar la posibilidad de un nacimiento prematuro –antes de las 37 semanas de concepción–, así como un bebé bajo de peso al nacer.
También se ha documentado cuadros de mujeres con preeclampsia, que tienen hipertiroidismo. Otros riesgos incluyen:
- Aborto espontáneo.
- Crisis tiroidea.
- Insuficiencia cardíaca congestiva.
Es importante señalar que algunos síntomas y signos característicos del hipertiroidismo son comunes en embarazos normales. Por ejemplo, es posible presentar un ritmo cardíaco acelerado, fatiga y dificultades para soportar el calor.
No obstante, otros síntomas a los que se debe prestar atención son: latidos cardíacos rápidos e irregulares, manos temblorosas, adelgazamiento sin razón aparente o falta de aumento de peso como normalmente ocurre en el embarazo.
El hipertiroidismo en el embarazo por lo general es ocasionado por la enfermedad de Graves. Se trata de una enfermedad autoinmune, la cual ocasiona que la tiroides produzca demasiada hormona tiroidea. Al igual que en el caso del hipotiroidismo, serán los profesionales de la salud quienes determinarán el tratamiento a seguir.
Un correcto diagnóstico del hipotiroidismo e hipertiroidismo es fundamental para asegurar que tu bebé nacerá sano. Por eso, en caso de sospecha no dudes en recurrir a la asistencia médica para determinar si vives con hipotiroidismo en el embarazo y recibir el tratamiento adecuado para evitar mayores riesgos.
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