Por el Comité editorial de IVI Santiago
Un embarazo saludable empieza tras cumplir con una regla de oro que no debe quebrantarse nunca: una nutrición balanceada. Bien se sabe que un plan alimenticio adecuado es vital en cualquier etapa del crecimiento, pero si hablamos de la fase de gestación su importancia es crucial para la correcta formación del feto y, por ende, su desarrollo. Sin embargo, este artículo responde a una de las mayores interrogantes de las futuras madres: ¿por qué es necesario incluir en la dieta alimentos con yodo?
En primera instancia, vale citar que el yodo es un mineral que forma parte del grupo de los halógenos de la tabla periódica de los elementos químicos y es esencial para producir hormonas tiroideas. Sin embargo, toma mayor relevancia en el caso de las mujeres embarazadas o en las madres en periodo de lactancia, dado que es indispensable para el desarrollo del cerebro del bebé. Por otro lado, también es un nutriente vital en los niños. Pero ¿cuáles son los alimentos con yodo que deben consumirse durante el embarazo?
Lo que dice la OMS sobre el yodo
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), Unicef y el Consejo Internacional para el Control de los Trastornos por Déficit de Yodo, la alternativa más idónea para evitar el déficit de yodo en la población global es la ingesta de la sal yodada. No obstante, la OMS estima que la mayoría de los alimentos tienen un bajo en contenido en yodo, así que plantea la propuesta de consumir suplementos o pastillas de yodo extra que equivalgan a 200 mcg de yodo al día para las mujeres gestantes, las lactantes y aquellas que planean tener un bebé sano, sea de forma natural o a través de un tratamiento de Reproducción Asistida.
Además, una dieta pobre de yodo puede desencadenar una serie de enfermedades o síntomas contraproducentes en las personas como, por ejemplo, depresión, el hipotiroidismo o anemia. De hecho, puede dar paso a lo que se conoce como “cretinismo”: déficit en el desarrollo físico y psíquico que va hasta el retraso de la inteligencia; causado por anomalías en la glándula tiroides desde la etapa fetal.
En este orden de ideas, se trata de un elemento químico necesario para el metabolismo de las células; dicho en otras palabras, favorece la conversión de los alimentos en energía pura para el organismo. Además, optimiza el funcionamiento de las tiroides y, a su vez, la producción de las hormonas tiroideas.
Un fallo en estas glándulas, por la insuficiencia de yodo, puede provocar hipotiroidismo, que afecta más a las mujeres en etapa gestante y a los niños mayores que a los hombres. Esto puede reflejarse en el aumento de peso, debilidad en el cuerpo o el agrandamiento de la glándula tiroides conocido como “bocio”. Sin embargo, hay que encender las alarmas en este punto, pues el hipotiroidismo materno puede generar un aborto como también problemas de aprendizaje en los niños de madres diagnosticadas pero que nunca fueron tratadas.
¿Cuándo hay que empezar a cuidar los niveles de yodo en el cuerpo?
Para atacar a este enemigo del hipotiroidismo materno causado por un bajo consumo de alimentos ricos en yodo, el Dr. Andrés Carvajal, especialista en Reproducción Asistida de IVI Santiago explica: “Efectivamente, las necesidades de yodo aumentan durante el embarazo. Por eso, desde el diagnóstico del embarazo se debe empezar a consumir este nutriente, preferiblemente desde el Primer trimestre. Este elemento se encuentra en los alimentos como pescados, vegetales, frutas o leche. Por otro lado, se recomienda mantener en la dieta estos alimentos con este objetivo”.
El consumo diario de yodo para las etapas de crecimiento es el siguiente:
- Adultos (más de 14 años): 150 microgramos al día.
- Niños (de 1 a 13 años): 90 microgramos al día.
- Embarazadas o lactantes: 290 microgramos al día.
Los 3 alimentos ricos en yodo para el embarazo
- Los productos lácteos y derivados: según los expertos en la materia, consumir un vaso de leche puede aportar al organismo 2 mg de yodo. Aunque claramente es una dosis mínima, se recomienda subir ingesta en unos 200 mg al día durante el embarazo. Esto puede reducir, en gran medida, la manifestación de síndromes como sordomudez, abortos espontáneos, malformaciones congénitas hasta el deterioro intelectual. ¿Cuánto consumir? Entre 30-65 mg.
- Los pescados y mariscos: el mar es una fuente rica e inmensa de yodo puro. No en vano los pescados tienen un alto porcentaje de este mineral. Además, el grupo de pescados y mariscos se caracteriza por tener vitaminas pertenecientes al grupo B y otras vitaminas liposolubles entre las que destacan la vitamina A, la D y la E. Estas últimas pueden encontrarse fácilmente en los pescados blancos y en los azules. ¿Cuánto consumir? Entre 100-256 mg.
- Las frutas: consumir las fresas como parte de la alimentación es una recomendación infalible, por ejemplo. Una ración equivale a satisfacer las necesidades de vitamina C que se requieren al día. También aportan vitaminas C, K y ácido fólico. Además de 10% de la dosis de yodo diaria (13 microgramos). ¿Cuánto consumir? Entre 200-250 gr.
Sal yodada, indispensable
Por excelencia, la sal yodada es la fuente por excelencia cuando de alimentos ricos en yodo se refiere. Vale enfatizar que es una fuente dietética en el ámbito internacional. Sin embargo, su consumo está regulado según cada país. Por ejemplo, si la sal yodada se utiliza en la elaboración de ciertos productos como el pan, las salchichas, el queso y otros bocadillos salados se consideran como una fuente de yodo.
En el caso de Chile, desde 1979 existe un Reglamento de Obligatoriedad del Ministerio de Salud que establece que toda sal de consumo humano debía ser yodada con 100 partes por millón (ppm) de yodato de sodio o potasio.
La OMS recomienda
“Los países en los que entre el 20% y el 90% de los hogares tengan acceso a la sal yodada deberán esforzarse por acelerar la yodación de la sal o evaluar la viabilidad de aumentar el consumo de yodo, en forma de suplementos o alimentos enriquecidos con yodo, en los grupos más vulnerables”.
Por otro lado, los especialistas señalan que el exceso de yodo también puede ser contraproducente. Por esta razón, se recomienda no utilizar antisépticos yodados en la antisepsia cutánea de la madre o del recién nacido, pues puede generar yatrogenia (daño causado por actos de los médicos).
Sin duda que consumir alimentos ricos en yodo es importante sobre todo en periodos de gestación, es recomendable si es que se está llevando adelante un tratamiento de reproducción asistida consultar la ingesta en paralelo con un especialista en nutrición.
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