Por el Comité editorial de IVI Santiago
Seguramente alguna vez hayas oído el concepto de reproducción asistida. Se trata de un concepto del que hoy en día se habla mucho y despierta gran interés, sobre todo entre quienes no han podido concretar el sueño de convertirse en padres.
Gracias al avance de la ciencia en los últimos 50 a 70 años se han ido incorporando términos que antes parecían de película. Por ejemplo, cuando nos referimos a la reproducción asistida abarcamos todo el conjunto de técnicas y tratamientos biomédicos cuyo objetivo es sustituir alguno de los procesos que ocurren naturalmente durante la fecundación humana, para de ese modo facilitar el embarazo.
Así, esta definición de reproducción asistida incluye tanto los procedimientos “in vivo” -es decir aquellos que se realizan en el cuerpo de la mujer- como los “in vitro”-los que se realizan en laboratorio-.
Afortunadamente, las diferentes técnicas de reproducción asistida llevadas adelante por profesionales, entre ellos los de IVI Santiago, permiten que cada vez más personas hagan realidad el tan ansiado anhelo de tener un hijo.
Algunas de las principales ventajas de la reproducción asistida
La ventaja principal es ni más ni menos que tener un hijo. La reproducción asistida brinda a las personas con problemas de fertilidad la posibilidad de gestar un embarazo.
En este sentido, un punto no menor es que este adelanto no está relacionado con ningún tipo de familia o pareja, sino que es abierto y apto para todas y todos los que deseen ser madres y padres.
Otra de las ventajas es la tasa de éxito en el tratamiento, que dependiendo de la técnica y las circunstancias es alta, como por ejemplo en el caso de la fecundación In Vitro, tiene una tasa acumulada del 90% o el caso de la Ovodonación que llega al 95%.
Finalmente, la tercera ventaja es que, gracias al diagnóstico de alteraciones genéticas y cromosómicas en los embriones, en algunos casos es posible evitar enfermedades hereditarias.
¿Quiénes y cuándo recurren a la reproducción asistida?
Hoy en día hay muchas situaciones que pueden complicar o poner en riesgo la obtención de un embarazo por vía natural.
Las razones pueden ir desde un tema personal -la decisión se retrasa y, por ejemplo, la reserva ovárica de la mujer disminuye- o hasta por cuestiones genéticas, de enfermedades coexistentes o bien la presencia de procedimientos o tratamientos anteriores.
Por supuesto, todos estos factores tienen que ver tanto con la mujer como con el hombre, y en algunos casos con ambos.
Si bien no hay un límite de tiempo establecido para determinar si una pareja puede o no lograr un embarazo de forma natural, cuando la mujer es menor de 35 años los especialistas recomendamos a la pareja acudir a consulta cuando lleven más de un año de relaciones sexuales frecuentes sin ningún método anticonceptivo y que aun así no hayan podido lograr el embarazo.
En cambio, cuando la paciente es mayor de 35 años o uno de los miembros de la pareja tiene algún factor de riesgo de infertilidad es recomendable disminuir el tiempo de espera a 6 meses.
Entre los factores de riesgo de infertilidad encontramos:
- Enfermedad inflamatoria pélvica.
- Alteraciones del ciclo menstrual.
- Enfermedades, lesiones u operaciones testiculares.
- Malformaciones del aparato genitourinario.
¿Cuáles son las principales técnicas de reproducción asistida?
Existen dos grandes tipos de técnicas de reproducción asistida, y será tarea del médico tratante orientar y definir junto con la pareja cuál es la más adecuada de acuerdo a las circunstancias.
La primera de ellas es la inseminación artificial. En esta técnica se utiliza el semen de la pareja de la mujer o de un donante, y este se inyecta mediante un catéter en el fondo de la cavidad uterina de la futura mamá.
Para aumentar las posibilidades de éxito, la paciente realiza un tratamiento hormonal cuyo objetivo es estimular la producción de óvulos.
Por su parte, la fecundación in vitro consiste en desarrollar un embrión en laboratorio, utilizando el semen y los óvulos de los padres o de donantes, según el caso. La mujer también realiza un tratamiento hormonal previo a la técnica en sí.
En este sentido, hay varias. La más novedosa es la ICSI, que consiste en inyectar un espermatozoide directamente en el ovocito. Después de 3 a 5 días de desarrollo, se implanta el embrión en la madre.
Familias homoparentales: ¿en qué me beneficia la reproducción asistida?
Una de las técnicas de reproducción asistida que se impulsan desde IVI Santiago consiste en el Método ROPA (Recepción de Ovocitos de la Pareja). Se trata de una técnica ideal para las parejas homosexuales conformadas por dos mujeres en las que ambas participan en el tratamiento. Dicho proceso se basa en la fertilización de los ovocitos de una de las mujeres con el esperma del banco de semen; esto mediante una técnica de Fecundación in Vitro. Una vez completada esta fase, los embriones se transfieren al útero de la segunda madre dando lugar a una maternidad compartida.
Vale destacar que el Método ROPA, conjuntamente con la Fecundación in Vitro, la Inseminación Artificial con donación de semen son las alternativas más novedosas de la medicina reproductiva para las parejas igualitarias. En este orden, es importante aclarar que dicha técnica puede aplicarse en los siguientes casos:
- Mala calidad ovocitaria.
- Enfermedades hereditarias que no se detectan por técnicas de PGT.
- Ovarios de los que no se pueden obtener los ovocitos, o bien por la falta de ovarios.
- Antecedentes de fallos en la Fecundación In Vitro o ICSI por baja respuesta.
Siempre ten presente que lo más importante es realizar la consulta lo más rápido posible en caso que tu sueño se esté postergando, para poder así comenzar el camino que con ayuda de los profesionales te ayudará a tener a tu hijo en brazos. El tiempo, la confianza y el trabajo en equipo son los pilares de la reproducción asistida.
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