Por el Comité editorial de IVI Santiago
¿Sabías que un tercio de los casos de infertilidad en parejas que recurren a IVI se debe a la infertilidad masculina? Por lo general, corresponden a problemas de erección, a la próstata o la calidad del esperma.
Muchas veces el hombre, cuando posee esta enfermedad, se cierra en sí mismo y aun cuando no lo demuestre sufre de igual forma que la mujer. Sin embargo, el no conversar sobre el tema ni expresar esos sentimientos de rabia, impotencia y frustración, puede desembocar en una depresión o problemas serios de autoestima, factores que también repercuten en la pareja, generando conflictos por culpa y enojo.
¿Cuáles son las causas de la infertilidad masculina?
La mayor parte de los problemas de infertilidad masculina están relacionados con los espermatozoides, el líquido seminal o el aparato reproductor. Los factores que pueden causar la infertilidad masculina son variados: desde factores anatómicos y genéticos, hasta ambientales o del entorno. Algunos son más comunes y otros se dan en un porcentaje muy reducido. Las anomalías genéticas pueden ser otro factor que dificulte la concepción. Se pueden dividir en dos: anomalías genéticas en los cromosomas o genes y anomalías que sólo afectan a la línea germinal del varón, o sea, a sus espermatozoides. En función del tipo de alteración se puede producir distintos acontecimientos: imposibilidad de embarazo, aborto, muerte fetal prematura, inducción de problemas genéticos en el niño, etc.
Problemas testiculares (10-20%): Testículos pequeños, baja producción de esperma, infección severa por paperas después de la pubertad, niveles elevados de FSH, espermatozoides anormales, ausencia de espermatozoides, dolor de testículos, hinchazón en los testículos, problemas en el transporte de espermatozoides normalmente por un bloqueo del conducto, venas hinchadas en el escroto, dificultades en las relaciones sexuales, impotencia, fibrosis quística, lesiones o traumatismos en el escroto y los testículos.
Problemas hormonales (1-2%): reparaciones de hernia, trastorno hormonal, dificultades en las relaciones sexuales, ausencia de producción de testosterona, hinchazón de la glándula pituitaria, debilidad muscular, anomalías congénitas, entre otros.
Problemas de eyaculación: dificultad de tener una erección, ausencia de esperma o presencia de líquido blanco en la orina y alteraciones del tracto genital que imposibilita depositar el semen en el fondo de la vagina durante el coito.
Otras causas: existen además otros factores, ya sean psicológicos o relacionados con infecciones o con hábitos de vida poco saludables que pueden provocar la esterilidad en el hombre: contaminantes ambientales, exposición a sustancias químicas tóxicas (como pesticidas y solventes), y otras sustancias, como el cadmio o el plomo, se asocian también a la infertilidad masculina. Sin olvidar: reparaciones de hernia, trastorno hormonal, fumar, beber alcohol, consumir medicamentos, obesidad, consumo de algunas sustancias, ingesta de esteroides y anabolizantes , estrés o depresión .
Causas desconocidas: (40-50%): también existen infecciones que pueden provocar infertilidad masculina, entre las más comunes: dermatitis, varicocele o las enfermedades de transmisión sexual. Además, existen casos de infertilidad masculina de origen idiopático o desconocido, al ignorarse los motivos que evitan la unión del óvulo u ovocito con el espermatozoide para dar lugar al embrión. En términos generales, el 50% de los casos de infertilidad en la pareja pueden deberse a causas masculinas.
¿Cómo se trata la infertilidad masculina?
Para descubrir si la causa está en el hombre, se lleva a cabo un análisis de semen que estudia el número de espermatozoides, su movilidad y su morfología. Sin embargo, se estima que el 15% de los varones estériles presentan un espermiograma normal, pudiendo ser infértiles.
Un resultado idóneo para concebir es tener más de 39 millones de espermatozoides en el eyaculado, con al menos 32% de espermatozoides con movimiento progresivo y al menos un 4% de formas normales. Cuando se tienen cantidades menores, la probabilidad de embarazo desciende considerablemente.
En la unidad de andrología y salud del varón de IVI se emplea una técnica de llamada MACS, que permite seleccionar los espermatozoides con las mejores características para ser utilizados en los tratamientos de reproducción asistida.
Si el esperma de un hombre no puede fertilizar un óvulo, se puede usar el esperma de un donante. La cirugía, los medicamentos, los tratamientos hormonales y el esperma de donante se pueden usar solos o con otros tratamientos que ayudan al óvulo y al esperma a unirse.
Los más comunes son la Inseminación Artificial (IA), donde se toma una muestra de semen de un hombre y se realiza un procedimiento llamado “lavado de esperma” para separar el esperma saludable del resto del semen y posteriormente colocar el esperma directamente en el útero. De esta manera, se coloca más cerca del óvulo y se acorta el tiempo y la distancia que tiene que recorrer para alcanzar el óvulo. Y la Fecundación in Vitro (FIV), donde la mujer toma medicamentos para que varios óvulos maduren y el semen que se recoge del hombre se pone junto con los óvulos en un laboratorio. Una vez que algunos óvulos han sido fertilizados, uno o más de éstos se introducen en el útero.
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