Por el Comité editorial de IVI Santiago
El significado del término hidrosálpinx en griego es “tubo de agua” y da nombre a una afección localizada en los oviductos de las trompas de Falopio. Esta condición médica se diagnostica cuando existe una obstrucción por líquido y una distensión de estos conductos, los cuales conectan los ovarios con el útero.
El líquido no solo obstaculiza físicamente el paso de los gametos, sino que también termina afectando a la permeabilidad y capacidad de movimiento de los oviductos. Paralelamente, las secreciones acumuladas en ellos impiden que el ambiente para la fecundación no sea propicio, a la vez que pueden refluir hacia el útero e impedir la implantación del embarazo.
Dada esta situación, existen dificultades para que se produzca la fecundación del óvulo y que este pueda posteriormente implantarse como embrión en el útero. La localización en los conductos del hidrosálpinx (derecho, izquierdo o en ambos), así como su causalidad, son factores que determinarán su tratamiento. Por su parte, las técnicas de reproducción asistida permiten a las mujeres que padecen esta alteración en las trompas de Falopio la posibilidad de quedarse embarazadas.
H2: En qué consiste el hidrosálpinx
Como hemos mencionado, las trompas de Falopio o tubas uterinas tienen diversas funciones. Entre ellas, está la de mantener un entorno químico adecuado para la fecundación del espermatozoide y el óvulo. Además, los movimientos de sus cilios o vellosidades y la contracción de sus paredes promueven tanto el éxito de este encuentro como el transporte del óvulo fecundado al endometrio, lugar donde se produce la implantación del embrión.
Para nombrar las distintas alteraciones que pueden surgir en las trompas de Falopio, la medicina utiliza el término factor tubárico. En efecto, el daño o la obstaculización de esta estructura es causa de esterilidad femenina en hasta en un tercio de los casos. Entre las posibles lesiones se encuentra el hidrosálpinx, responsable de una buena parte de la infertilidad por factor tubárico. En esta patología, uno o ambos conductos presentan líquido acumulado debido a procesos inflamatorios previos, cirugías y enfermedades.
El hidrosálpinx suele localizarse en la fimbria o parte distal de la trompa, la más cercana al ovario. Dependiendo del grado de afectación, suele clasificarse en dos tipos:
- Hidrosálpinx unilateral, en el que una de las trompas está afectada. Es el más frecuente y puede permitir el contacto de óvulo y espermatozoide en la trompa no afectada. El embarazo por vía natural es posible pero, de no lograrse, el procedimiento de inseminación artificial permite hacer llegar el semen al óvulo.
- Hidrosálpinx bilateral, el cual impide el embarazo por métodos naturales. Este hidrosálpinx es grave, dado que compromete a ambas tubas uterinas. En este sentido, el tratamiento de hidrosálpinx bilateral para lograr la gestación requiere de técnicas de fecundación in vitro (FIV). En diagnósticos con implicaciones más severas, existe un alto riesgo de embarazo ectópico o extrauterino. La mayor parte de estos embarazos que se producen fuera del útero tienen origen tubárico, es decir, se producen en las trompas de Falopio.
H2: Hidrosálpinx: causas frecuentes
En la mayoría de los casos, el hidrosálpinx se debe a una enfermedad inflamatoria pélvica (EIP) causada por una infección de transmisión sexual (ITS) como la gonorrea y la clamidia. La ausencia de detección y tratamiento de las ITS puede acabar comprometiendo la funcionalidad del aparato reproductor, tanto masculino como femenino.
En cuanto a su manifestación, es posible que las mujeres no presenten síntomas evidentes de padecer infertilidad por factor tubárico en ningún momento. No en vano lo descubren al encontrar dificultades para lograr el embarazo y someterse a un estudio de fertilidad. Por el contrario, otras mujeres sí experimentan por hidrosálpinx dolor fuerte; este se intensifica especialmente durante el ciclo menstrual, a causa de la inflamación de las trompas. El dolor puede estar localizado en la parte baja del abdomen o la pelvis, a la vez que el flujo vaginal se torna espeso y maloliente, síntomas que facilitan su diagnóstico y tratamiento.
El hidrosálpinx, que es la consecuencia de una infección anterior no tratada, suele tener su origen en una inflamación persistente tubárica, denominada salpingitis. Esta forma concreta de enfermedad inflamatoria pélvica afecta las tubas uterinas y puede producir importantes cambios estructurales en ellas, además de ser uno de los factores desencadenantes del hidrosálpinx. Ambas afecciones, inflamación persistente y acumulación de líquido, comprometen gravemente la fertilidad de la mujer.
Además de estas, existen otras condiciones que pueden provocar la obstrucción tubárica:
- Adherencias o cicatrices internas en la pelvis.
- Tumores y crecimiento anormal de tejidos.
- Infecciones como la apendicitis.
- Cirugía pélvica, en particular aquella que haya podido comprometer a las trompas.
- Complicaciones tras un embarazo ectópico.
- Uso de dispositivos intrauterinos (DIU).
- Tuberculosis genital femenina.
H2: Diagnóstico y tratamiento del hidrosálpinx
Detectar la existencia de hidrosálpinx puede realizarse mediante diversas pruebas médicas:
- Ecografía: técnica de imagen que no permite visualizar directamente la presencia de líquido, si bien puede revelar signos indirectos como la inflamación o distensión de los oviductos.
- Histerosalpingografía: prueba de contraste que se considera más precisa a la hora de detectar dilataciones en las tubas uterinas compatibles con un hidrosálpinx.
- Laparoscopia: técnica quirúrgica mínimamente invasiva que precisa anestesia general. A través de una pequeña incisión en el abdomen, se introduce un endoscopio, instrumento con cámara y luz, que posibilita observar directamente tanto el estado de las trompas de Falopio como del resto de órganos pélvicos. Esta intervención se utiliza tanto con fines diagnósticos como terapéuticos, ya que también permite tratar otras posibles alteraciones durante el mismo procedimiento.
Por su parte, el tratamiento del hidrosálpinx se adaptará a factores como su etiología y gravedad. En caso de que el origen de la alteración sea una infección activa, se administrará un tratamiento antibiótico. De no haber mejoría o de apreciarse un daño irreversible en las trompas, se recurrirá a intervenciones quirúrgicas como la salpingectomía y la oclusión tubárica.
Un aspecto esencial en el tratamiento de esta alteración de factor tubárico es valorar si existen deseos por parte de la mujer de ser madre. En este sentido, quedarse embarazada con hidrosálpinx es posible gracias a la fecundación in vitro (FIV). Además de ser posibilitadora en patologías tubáricas, esta técnica reproductiva es una clara alternativa a la cirugía. De hecho, una intervención quirúrgica como la salpingectomía (drenaje y eliminación de partes dañadas de la trompa) puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo en el futuro. Por ello, la FIV se considera una solución eficaz que permite la gestación sin necesidad de intervenir quirúrgicamente las trompas de Falopio.
Fuentes:
- Aura Masip, M. et al. (2023) Infertilidad femenina por factor tubárico: causas y tratamiento. Reproducción Asistida ORG. Disponible en: https://www.reproduccionasistida.org/factor-tubarico-o-tuboperitoneal/
- Hidrosálpinx. Datos reproductivos.org. American Society for Reproductive Medicine. Disponible en:
- Ziegler, W. Hidrosápinx (trompa de Falopio bloqueada). Reproductive Science Center of New Jersey. Disponible en: https://fertilitynj.com/infertility/female-infertility/structural-causes/hydrosalpinx/
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