Por el Comité editorial de IVI Santiago
Se cataloga de forma habitual a la Endometriosis como una enfermedad silenciosa y desconocida. Si bien no es una enfermedad nueva, después de más de 50 años de investigación aún no se ha identificado claramente su origen. Silenciosa porque solo aquellas que la sufren saben lo que supone. Antes de contar con el diagnóstico de la enfermedad, sus síntomas se ponen en tela de juicio porque ‘es algo normal y la regla duele’.
Una de las causas e incluso, en algunos casos, de los síntomas de esta enfermedad es la infertilidad. Tal y como relata el Dr. Juan Antonio García Velasco, director científico de IVIRMA y co director de IVI Madrid, “la probabilidad de embarazo espontaneo de una pareja, que ya de por sí es baja, –alrededor del 25%– en casos de Endometriosis va cayendo mes a mes, hasta situarse en un 8%.”
La Endometriosis no es una enfermedad fácil, se estima que se tarda entre 8 y 10 años en diagnosticarla, cuando hay dolor. Y es que, esta enfermedad tiene 4 estadios. El 3 y el 4 son los que permiten diagnosticarla, pero el problema son los dos anteriores, que son precoces y no se detectan en una ecografía. La buena noticia es que es tratable. Hay que estar alerta cuando el dolor es importante, o incluso incapacitante. Si bien una regla dolorosa un mes no es síntoma de Endometriosis, hay que vigilar si se produce durante más tiempo. Un buen consejo es compararse con otras mujeres del entorno –amigas, familia…– y si el dolor se mantiene, es momento de consultarlo. En el 80% de los casos se encuentra el origen del dolor.
“La Endometriosis se conoce desde finales de 1800 y hay muchísima investigación médica en torno a esta enfermedad. Hay muchas teorías respecto al origen de esta enfermedad, pero estamos muy limitados por el diagnóstico, porque no se conoce su origen. Pero sí hay avances. Actualmente estamos trabajando, junto con un grupo de investigadores de biología molecular, en la capacidad de detectar una serie de moléculas –llamadas micro RNAs–, en un fluido corporal –sangre, saliva u orina– y hacer un perfil de esas moléculas, como ya sucede con el cáncer. Esto nos permitiría, por ejemplo, en una adolescente con fuertes dolores durante el periodo, observar el perfil de micro RNAs y pronosticar un futuro desarrollo de Endometriosis y, lo más importante, prevenirlo”, comenta el Dr. García Velasco.
En cuanto al tratamiento de la Endometriosis, se cuenta con opciones tanto médicas como quirúrgicas. Lo habitual es empezar con medicación analgésica o antiinflamatoria para mitigar el dolor producido por las contracciones generadas por la menstruación, haciendo que estas sean más leves. También hay tratamientos hormonales y, por último, hay tratamientos más fuertes o medicaciones de nueva creación. “Si ningún tratamiento médico funciona, la última opción es la cirugía compleja, que tiene que ser practicada por un equipo especializado en Endometriosis. Pero puede tener efectos secundarios, porque hay un riesgo –asociado a la intervención– de perder parte de la reserva ovárica. Ante esto, la recomendación es realizar una preservación de ovocitos, previamente a la cirugía”, añade el Dr. García Velasco.
En este sentido, cabe destacar un estudio realizado por el propio IVI, que demostró la idoneidad de preservar la fertilidad antes de someterse a una cirugía de endometrio. Dicho estudio demostró que aquellas mujeres diagnosticadas de Endometriosis y menores de 35 años con 20 ovocitos vitrificados, alcanzaron una tasa de éxito posterior del 95%. Por su parte, en aquellas pacientes mayores de esta edad, se alcanzó una tasa de recién nacido máxima cercana al 80%.
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