Por el Comité editorial de IVI Santiago
Claves para encontrar el equilibrio
La actividad física forma parte esencial de una vida saludable, pero cuando una mujer busca quedar embarazada o ya está en proceso de gestación, surgen dudas razonables.
¿Puede el ejercicio perjudicar la capacidad de concebir? ¿Qué tan seguro es entrenar durante el embarazo? ¿Existe un punto donde el esfuerzo físico deja de ser saludable?
A continuación vamos a resolver todas estas dudas y otras que puedan surgir aportando información clave para comprender cómo afecta el ejercicio físico en la fertilidad femenina, y cómo poder adaptarlo en las distintas etapas de la vida reproductiva.
Tabla de contenidos
- Ejercicio y fertilidad: ¿Cómo se relacionan?
- ¿Qué se entiende por entrenamiento intenso?
- La ovulación frente al exceso de actividad física
- El rol del ejercicio moderado en la salud reproductiva
- Ejercicio y embarazo: beneficios y precauciones
- ¿Qué actividades físicas son más recomendables?
- Señales de alerta: cuando el cuerpo pide una pausa
- Recomendaciones generales para encontrar el equilibrio
- Conclusión
- Fuentes
Ejercicio y fertilidad: ¿Cómo se relacionan?
La relación entre ejercicio y fertilidad es más compleja de lo que parece. Por un lado, moverse con regularidad mejora el funcionamiento hormonal, ayuda a mantener un peso saludable y reduce el estrés.
Todos estos factores favorecen la concepción.
Sin embargo, cuando la actividad física es excesiva, especialmente si no se acompaña de una alimentación adecuada, puede provocar efectos adversos en el ciclo menstrual y la ovulación.
¿Qué se entiende por entrenamiento intenso?
El término entrenamiento intenso puede variar según la persona. No se trata solo de levantar mucho peso o correr largas distancias, sino de cuánto esfuerzo requiere el cuerpo para recuperarse tras realizar el ejercicio.
Una rutina exigente, repetitiva y sin descansos puede alterar el equilibrio hormonal, especialmente si se combina con dietas estrictas o con un entorno que acaba conllevando una repercusión emocional.
Para muchas mujeres, el ejercicio intenso sostenido a lo largo del tiempo puede derivar en fatiga crónica, ausencia de menstruación o dificultad para ovular.
La ovulación frente al exceso de actividad física
Uno de los sistemas más sensibles al estrés físico es el reproductivo, y así lo demuestran los estudios científicos realizados hasta el momento.
Cuando el cuerpo interpreta que se está enfrentando a un alto desgaste físico o que está sufriendo una pérdida repentina de peso, se pone automáticamente en modo alerta, y tiende a frenar funciones que no considera esenciales, como la reproducción.
Por eso, existe una conexión directa entre ovulación y deporte: entrenamientos muy exigentes pueden reducir la frecuencia o intensidad de los ciclos ovulatorios, afectando la capacidad de concebir.
El rol del ejercicio moderado en la salud reproductiva
En contraste, el movimiento moderado es un gran aliado para la fertilidad femenina. Actividades como caminar, nadar, bailar o practicar yoga mejoran la circulación, equilibran el metabolismo y regulan el sistema hormonal.
Mujeres con síndrome de ovario poliquístico, por ejemplo, pueden beneficiarse especialmente del ejercicio regular, ya que contribuye a reducir la resistencia a la insulina, uno de los factores que incide en la ovulación irregular.
Ejercicio y embarazo: beneficios y precauciones
Durante el embarazo, el cuerpo atraviesa muchos cambios. Lejos de la falsa creencia de que es un tiempo en el que se debe llevar a cabo reposo absoluto, muchas mujeres pueden continuar haciendo ejercicio, siempre que se ajuste a su condición y a su periodo de gestación.
El ejercicio en el embarazo tiene múltiples beneficios:
– Mejora la postura
– Ayuda a dormir mejor
– Reduce molestias comunes como los calambres o el dolor lumbar
– Prepara al cuerpo para el parto.
No obstante, hay que evitar impactos fuertes, actividades con riesgo de caídas o ejercicios que compriman el abdomen. Como deportes de riesgo, de contacto, esquí, equitación…
¿Qué actividades físicas son más recomendables?
Cada embarazo es distinto, al igual que lo es cada mujer. Por ello, será el médico especialista quien determine qué es mejor para cada caso.
Pero hay prácticas que suelen ser más seguras como, por ejemplo:
- Caminatas suaves.
- Natación o ejercicios en el agua.
- Pilates adaptado al embarazo.
- Yoga prenatal.
- Bicicleta estática de baja intensidad.
Estas opciones permiten mantenerse activa sin comprometer la salud materna ni fetal, favoreciendo además el bienestar emocional.
Señales de alerta: cuando el cuerpo pide una pausa
Escuchar al cuerpo es vital para saber qué es lo que éste necesita.
Si se presentan síntomas como pérdida del ciclo menstrual, fatiga extrema, cansancio recurrente o sensación de angustia por no entrenar, puede ser señal de que la actividad física está excediendo los límites saludables.
En mujeres que buscan embarazo, estos signos pueden indicar que hay un impacto negativo sobre la fertilidad. Lo mismo ocurre si durante el embarazo se experimenta dolor abdominal, sangrado o mareos: en esos casos, es fundamental detener la actividad y consultar a un especialista cuanto antes.
Recomendaciones generales para encontrar el equilibrio
Para mantener una rutina segura y saludable en torno al ejercicio y embarazo, o si se está en búsqueda de un embarazo, se recomienda:
- No entrenar más de una hora al día sin supervisión médica.
- Incorporar días de descanso activo o completo.
- Priorizar ejercicios de bajo impacto.
- Fortalecer la musculatura profunda.
- Evitar prácticas extremas como ayunos prolongados o dietas muy bajas en calorías.
- Consultar con ginecólogo o especialista en medicina del deporte si hay dudas sobre el plan de entrenamiento.
El equilibrio no significa abandonar el movimiento, sino adaptarlo a cada etapa del ciclo en el que se encuentra la mujer.
Conclusión
El ejercicio físico, bien planificado y con un enfoque respetuoso hacia el cuerpo, puede ser un gran aliado en la etapa reproductiva. Ni el sedentarismo ni el exceso son recomendables. Los extremos, nunca son buenos.
Comprender cómo afecta el deporte a la fertilidad femenina y cómo adaptar las rutinas durante la gestación permite tomar decisiones informadas, evitar riesgos innecesarios y vivir cada etapa con bienestar y confianza.
Fuentes
- De Souza, Mary Jane et al. High prevalence of subtle and severe menstrual disturbances in exercising women: confirmation using daily hormone measures. Human Reproduction, 2010.
https://academic.oup.com/humrep/article/25/2/491/2916366
- Warren, Michelle P.; Perlroth, Nicole E. The effects of intense exercise on the female reproductive system. Journal of Endocrinology, 2001.
https://joe.bioscientifica.com/view/journals/joe/170/1/1700003.xml
- Rich-Edwards, Janet W. et al. Physical activity and pregnancy loss: the Nurses’ Health Study II. Human Reproduction, 2003.
https://academic.oup.com/humrep/article/18/11/2709/2356525
- Gaskins, Audrey J. et al. Physical Activity and Female Fertility: A Systematic Review. Sports Medicine, 2014.
https://link.springer.com/article/10.1007/s40279-014-0173-z - Ministerio de Salud de Chile. Guía de actividad física durante el embarazo. MINSAL, 2018.
https://www.minsal.cl/sites/default/files/guias/actividad-fisica-embarazo.pdf
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