Por el Comité editorial de IVI Santiago
La dispareunia es un término médico que define las relaciones sexuales dolorosas. Si bien es común sentir dolor en cualquier momento de la vida sexual, este diagnóstico hace referencia al dolor persistente y recurrente. Esta dolencia suele tener mayor prevalencia en las mujeres debido a su anatomía y a los cambios fisiológicos que experimentan. No obstante, el dolor coital también afecta a los hombres en las relaciones íntimas.
Dispareunia: ¿Qué es?
El dolor asociado a la dispareunia o coitalgia puede presentarse antes, durante o después del coito. Se considera una disfunción sexual, puesto que interfiere en el desarrollo de relaciones sexuales satisfactorias. De hecho, la etimología del término deriva del griego y su significado puede traducirse como coito dificultoso.
En las mujeres la sensación dolorosa aparece en el introito o abertura del canal vaginal y en la parte profunda de la pelvis. Puede sentirse así en órganos como la vejiga, el recto, los ovarios o la parte interior de la vagina.
Para la paciente, el dolor coital se describe tanto como algo definido y localizado como una sensación de malestar más amplia.
En cuanto al tipo de dolor, este puede ser agudo, ardiente, sordo o palpitante. Para algunas mujeres, es similar al de los calambres menstruales, mientras que para otras es una sensación de desgarro. También puede sentirse como pulsátil en la parte profunda de la pelvis.
En los hombres, la dispareunia masculina está vinculada a la erección y eyaculación, aunque también ocurrir durante la penetración. Afecta indistintamente al aparato genital externo como el glande, prepucio o escroto o la interna, implicando a los testículos, próstata, uretra o vejiga.
Tanto en hombres como en mujeres el dolor sexual causa un malestar psicológico significativo e incide negativamente en las relaciones de pareja.
Causas de la dispareunia
En caso de dispareunia, el tratamiento se centrará, en primer término, en averiguar su etiología. Esta puede residir en numerosas condiciones de tipo médico, tanto orgánicas como psicológicas. Al igual que en otras disfunciones de carácter sexual, el dolor puede deberse indistintamente a uno de estos factores subyacentes, pero también a la conjunción de ambos. Igualmente, los síntomas de la dispareunia pueden deberse al consumo de medicamentos, alcohol y otras sustancias psicoactivas.
Causas físicas
Las causas físicas de la dispareunia son diversas y pueden estar relacionadas con factores hormonales, anatómicos o derivados de procedimientos médicos. Estos factores pueden generar dolor durante las relaciones sexuales, afectando tanto el bienestar físico como emocional de la persona. A continuación, se detallan las principales causas físicas que pueden contribuir a esta condición:
- Falta de lubricación: produce dolor con la penetración debido a una insuficiente estimulación previa o a la falta de estrógenos propios de la perimenopausia y menopausia.
- Quistes de Bartolino, que producen hinchazón en la zona genital externa, molestias al caminar y dispareunia.
- Lesiones, traumatismos o irritación: debido a accidentes o agresiones, cirugía pélvica, histerectomía, episiotomía, exposición a jabones, espermicidas y contacto con el látex.
- Enfermedades pélvicas y anomalías genéticas: endometriosis, enfermedad inflamatoria pélvica, anovulación, miomas uterinos, hiperprolactinemia, prolapso uterino, entre otras.
- Anomalías genéticas: caso de la agenesia vaginal o malformación genética de la vagina que impide su desarrollo total, útero invertido, etc.
- Himen imperforado: ocurre cuando este ocupa toda la abertura de la vagina, obstruyéndola.
- Tratamientos médicos: inhibidores de la recaptación de la serotonina (antidepresivos), antihistamínicos, quimioterapia y radioterapia.
- Hipertonía del suelo pélvico: alteración que consiste en una excesiva tensión en la musculatura pélvica, la cual impide las relaciones sexuales.
- Lactancia materna: los cambios hormonales asociados con la lactancia materna pueden provocar, asimismo, relaciones sexuales dolorosas.
Causas psicológicas
El miedo a la penetración y a la intimidad son respecto a la dispareunia causas que explican la aparición eventual de esta condición. Ambos temores suelen deberse a factores diversos: una inadecuada educación sexual, trastorno de estrés postraumático, sexo violento, abusos sexuales, previos encuentros sexuales insatisfactorios y conflictos de pareja. Cualquiera de estos orígenes incide indistintamente en hombres y mujeres y se asocia a trastornos psicológicos como los de ansiedad o depresión.
Un factor relevante es que el dolor inicial como síntoma de la dispareunia puede actuar como estímulo condicionado. El miedo a experimentar dolor recurrente impide la relajación en futuros contactos sexuales. Esto conducirá a su evitación, ya que la experiencia ha quedado condicionada a una situación dolorosa.
Tratamiento de la dispareunia
En la dispareunia los síntomas dolorosos pueden ser estudiados y tratados desde distintos tipos de abordaje, dado el carácter multifactorial de su etiología.
Una exploración ginecológica completa puede localizar el origen del dolor genitopélvico a través de las siguientes pruebas:
- Citología y análisis de orina, a través de los que podrá detectarse cualquier signo de infección.
- Ecografía transvaginal y examen visual con espéculo. Mediante ambas pruebas es posible la detección de anomalías anatómicas, lesiones, quistes, etc.
- Laparoscopia, cirugía mínimamente invasiva utilizada como prueba alternativa si otras pruebas no se consideran concluyentes.
Tratamiento médico
Incluye diversas técnicas y terapias farmacéuticas, de aplicación local o sistemática para el coito doloroso.
- Local:
- Hidratantes, lubricantes, emolientes con vitamina E, etc.
- Estrógeno vaginal en crema, gel o anillo.
- Ácido hialurónico en crema o en inyección local.
- Sistemática:
- Terapia hormonal sustitutiva, en caso de que la ausencia acusada del nivel de estrógenos en la menopausia provoque graves trastornos y cambios en el estado anímico.
- Moduladores estrogénicos, recomendable en particular a las mujeres en etapa postmenopáusica.
- Tratamiento físico con láser ginecológico de Co2, cuya aplicación logra recuperar la elasticidad de las paredes vaginales y ampliar el introito en mujeres que presentan liquen y vestibulitis en la zona vulvar.
- Tratamientos quirúrgicos. Los más utilizados son la vulvoperineoplastia o ampliación de introito vulvar y la ninfoplastia, cirugía correctora de la desproporción en el tamaño de los labios menores y que puede llegar a producir dispareunia.
Tratamiento fisioterapéutico
La fisioterapia uroginecológica resulta de gran ayuda en la rehabilitación de las distintas patologías asociadas al piso pélvico. En el caso de la dispareunia, la fisioterapia aplica esta serie de técnicas:
- Relajación perineal.
- Aplicación de diatermia y electroestimulación.
- Liberación de puntos gatillo.
- Ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico.
- Reeducación sobre el área pélvica.
Tratamiento psicológico
La psicoterapia centrada en la dispareunia comienza por una anamnesis sobre la historia sexual del individuo y una posterior psicoeducación sobre la sexualidad. Tras esta primera etapa, la terapia abordará técnicas para disminuir la ansiedad durante las relaciones sexuales.
De igual modo, la labor terapéutica debe ampliarse a otros problemas psicológicos subyacentes que afectan a la salud sexual: ansiedad, depresión, estrés, problemas de autoestima, etc.
Fuentes:
- Siegert, Natalia (2023), Conoce el quiste que podría estar provocando sequedad vaginal y problemas en tus relaciones sexuales, Quirón Salud. Disponible en: https://www.quironsalud.com/blogs/es/aventura-madre/conoce-quiste-podria-provocando-sequedad-vaginal-problemas
- Castel Riu, Antonio (2022), Dolor como respuesta condicionada. Revista de la Sociedad Española del Dolor, vol.29 no.3. Disponible en https://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1134-80462022000400002
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