Por el Comité editorial de IVI Santiago
El Día de la Mujer ha atravesado distintas significaciones desde sus orígenes hasta la actualidad. Durante un tramo de la historia se celebraba este día con cierta volatilidad, asociando los festejos al marketing, los regalos y las salidas. En la actualidad, la propuesta es reflexionar como sociedad la necesidad de lucha por una igualdad real y la conquista de derechos de la población femenina.
No todas las personas saben por qué se conmemora el Día de la Mujer, pero cuando acceden a esa información, descubren que los motivos no precisamente incitan al júbilo y el festejo. Lejos de crear un velo de juicio, la intención es avanzar en una construcción colectiva, paulatina y con sus objetivos bien firmes.
El género femenino constituye un sector elemental de todas las sociedades: tiene la capacidad de autoconvocarse, evolucionar en conocimientos, valores y conductas, y unirse con un fin común hasta las últimas consecuencias. En homenaje a ellas, reflexiones e información sobre el Día Internacional de la Mujer.
¿Por qué se conmemora el Día Internacional de la Mujer?
Este día adquirió su fecha oficial cuando la Organización de las Naciones Unidas lo determinó en 1975. Pero los acontecimientos que le dan razón de ser son muy anteriores.
En 1908, unas 15.000 mujeres se organizaron y juntaron para marchar reclamando mejores salarios, una jornada laboral de menos horas, y su derecho a ejercer el voto. Esto ocurrió en Nueva York, Estados Unidos.
En 1910, en Dinamarca, se fundó la Conferencia Internacional de la Mujer Trabajadora, que abordaba temas como la no discriminación laboral, formación profesional, y derecho al trabajo, aspecto que estaba destinado exclusivamente al género masculino.
Y así, con el paso de los años, diferentes hitos en la historia de la lucha de las mujeres por una igualdad real de derechos y accesibilidad, fue marcando el paso de una conquista que aún no termina, y que se vincula a todos los aspectos de la vida, incluyendo la maternidad.
La maternidad a través de los años
Durante mucho tiempo, la maternidad estaba vinculada a la única función de la mujer dentro de una familia o una estructura social: su vida entera debía estar relegada a la gestación, el parto y la crianza de los hijos. Por consiguiente, la función de los hombres era la de desarrollar una vida profesional, salir a trabajar, traer el sustento económico al hogar y ejercer el poder de la dirección familiar; tomando decisiones de forma vertical y unilateral.
Con el tiempo este concepto fue mutando y actualmente podemos decir que las mujeres directamente tienden a retrasar su maternidad. Los principales motivos por los cuales las mujeres retrasan cada vez más la maternidad son su vida laboral y económica, la oportunidad de viajar y disfrutar de su vida social.
Sin embargo, este concepto de retrasar la maternidad no es compatible con la edad reproductiva de la mujer. Es que, aún no existen ejercicios ni retoques estéticos que se puedan realizar las mujeres para detener el envejecimiento de los óvulos en su cuerpo.
¿Cómo retrasar la maternidad?
Sabemos que la fertilidad de la mujer empieza a disminuir a partir de los 35 años. Por eso, la edad es uno de los factores más importantes en el éxito o fracaso de las técnicas de reproducción asistida.
Es importante saber que, a través de las técnicas de preservación de la fertilidad, las mujeres pueden postergar la maternidad si así lo desean. El procedimiento más conocido, y el más exitoso, para lograrlo es la vitrificación de ovocitos: se estimula el útero de las pacientes para obtener el mayor número de ovocitos posible, se extraen y se introducen en nitrógeno líquido a una temperatura de -196º C. Cuanto más joven sea la mujer a la hora de preservar, mejor serán la calidad de sus óvulos y las probabilidades de embarazo a la hora de utilizarlos.
La infertilidad: otro punto de reflexión para pensar las posibilidades de la mujer
La infertilidad es otro aspecto que durante grandes períodos de la historia ha “descartado” a muchas mujeres de sus posibilidades.
Sin embargo, en la actualidad la Organización Mundial de la Salud define la infertilidad como “Una enfermedad del sistema reproductivo definida como la incapacidad de lograr un embarazo clínico después de 12 meses o más de relaciones sexuales no protegidas.”
Destacar que la definición hace hincapié en la imposibilidad de un embarazo clínico, es repensar que existen otras posibilidades de concebir y crear una familia. En 1984, otro hecho significativo ocurrió en nuestro país: nació el primer bebé fruto de una técnica de reproducción asistida en Chile.
Unas 250 mil parejas, aproximadamente, sufren de infertilidad en Chile, según estima el Ministerio de Salud. Sin embargo, en nuestro país el uso de las TRA (Tratamientos de Reproducción Asistida), es mucho menor al de Argentina y un gran porcentaje de países de Europa.
Existe legislación asociada a este tema, pero mirando los modelos de estos países que desarrollan las TRA con frecuencia y normalidad, aún queda mucho por hacer. La población así lo expresa, y este mundo global que teje redes que superan fronteras, pone el pie en el acelerador cada vez un poco más.
En el año 2013, la Resolución Exenta N° 814 aprobó la Norma General Técnica Nº 159 sobre “Orientaciones Técnicas para el Manejo de la Infertilidad de Baja Complejidad”, y en 2015 la N° 214 hizo lo mismo con la “Guía para el Estudio y Tratamiento de la Infertilidad”.
Así, paso a paso, una conciencia de mayor equidad se va construyendo en torno a las posibilidades de las mujeres para ser madres y lograrlo a la edad que lo deseen, teniendo a su lado a quien consideran mejor, o haciéndolo simplemente solas, en paralelo a la persecución de sus sueños y vocaciones.
Desafíos y metas para el futuro
Siempre queda trabajo por hacer. En toda Latinoamérica las comunidades femeninas siguen luchando por diferentes conquistas como la igualdad en los salarios de hombres y mujeres, los cupos laborales para personas de cualquier elección sexual, la no violencia de género, y el respeto por la diversidad.
En lo que respecta a fertilidad, el foco se posiciona en crear mayor conciencia, transmitir información real, clara y accesible para que toda la sociedad conozca sus posibilidades y sepa que tiene derecho a decidir cómo vivir su vida y formar su familia.
Los avances tecnológicos y el esfuerzo de la ciencia continúan trabajando en pos de nuevas soluciones y medidas sanitarias para dar respuesta a todas las necesidades que se presentan día a día.
En IVI Santiago, tenemos plena conciencia de que son las mujeres quienes deben decidir cómo enfrentar este camino. Las acompañamos con Unidades de Apoyo Psicológico, les brindamos herramientas de conocimiento y compañía en todo momento, y en cada paso.
Somos una institución moderna que brinda todas las posibilidades que tiene a su alcance, y que se alinea en paralelo a los descubrimientos e innovaciones que son vanguardia en el mundo. Consideramos que las mujeres no merecen menos que ello.
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