Por el Comité editorial de IVI Santiago
El desarrollo embrionario es un proceso fascinante que merece ser estudiado a fondo. Ya sea que se logre un embarazo mediante técnicas de reproducción asistida o de manera natural, conocer las etapas del desarrollo del embrión es fundamental.
En esta nota exploraremos cada una de las fases del desarrollo embrionario, como la gástrula, el gameto y la mórula, y analizaremos los exámenes prenatales necesarios para garantizar un embarazo saludable.
6 etapas del desarrollo embrionario
El proceso de desarrollo embrionario involucra una serie de etapas que comienzan con la fecundación y culminan en la formación del feto. Algunas de las fases clave incluyen la formación del cigoto, la mórula, la gástrula, el blastocisto y, finalmente, el embrión y el feto.
Fecundación
Después de un ciclo de menstruación normal, ocurre el desprendimiento de uno de los óvulos del ovario luego de 14 días de la última fecha de la menstruación. A este proceso de “liberación” se le conoce como ovulación.
Es en dicha fase de ovulación en la que el moco del cuello uterino se torna más fluido y elástico, de manera que los espermatozoides puedan ingresar fácilmente desplazándose por la vagina, mediante el cuello uterino.
El recorrido continúa hacia el interior del útero hasta llegar a las trompas de Falopio, donde se produce la fecundación de forma natural. Aquí el espermatozoide se une con el óvulo, dando lugar a un cigoto (óvulo fecundado).
Cigoto
Se trata de la etapa inicial del desarrollo embrionario, que ocurre inmediatamente después de la fecundación. El cigoto es el resultado de la unión del óvulo y el espermatozoide, lo que crea una única célula con el material genético de ambos progenitores. Esta célula tiene la capacidad de dividirse y desarrollarse en un organismo completo.
Durante el trayecto del cigoto a través de las trompas de Falopio hacia el útero, que tarda aproximadamente de 3 a 5 días, las células se dividen mediante un proceso llamado mitosis.
A medida que avanza la división celular, el cigoto se transforma en una estructura multicelular denominada mórula. Posteriormente, esta continúa dividiéndose hasta formar una estructura hueca llamada blastocisto, que se implantará en el útero y dará inicio a la etapa embrionaria.
Mórula
A medida que el cigoto desciende por las trompas de Falopio hacia el útero, sus células se dividen y se forma una estructura compacta llamada mórula. Esta fase ocurre aproximadamente de 3 a 5 días después de la fecundación.
El término “mórula” proviene del latín “morula”, que significa “mora” o “frambuesa”, debido a su apariencia redondeada y compacta, similar a una fruta. Durante esta etapa, las células son prácticamente indiferenciadas y totipotentes, lo que significa que tienen la capacidad de dar lugar a cualquier tipo de célula del organismo.
A medida que las células de la mórula siguen dividiéndose, comienzan a reorganizarse y a diferenciarse en dos grupos: el embrioblasto, que dará lugar al embrión propiamente dicho, y el trofoblasto, que formará parte de la placenta y otras estructuras de soporte.
Blastocisto
El embrión en desarrollo continúa dividiéndose hasta que toma la forma de un blastocisto, una estructura hueca que se implantará en el revestimiento del útero aproximadamente 6 días después de la fecundación.
El blastocisto tiene una zona engrosada que dará lugar al embrión, mientras que las células externas se convertirán en la placenta.
Gástrula
En la etapa de gástrula, las células del embrión en desarrollo comienzan a organizarse en capas distintas, lo que dará lugar a la formación de diferentes tejidos y órganos. Este proceso es esencial para el desarrollo de estructuras anatómicas y funcionales en el embrión.
Embrión
El desarrollo embrionario es una etapa crucial en el crecimiento de un nuevo ser humano. Esta fase comienza después de la implantación del blastocisto en el útero, alrededor de la segunda semana después de la fecundación, y se extiende hasta aproximadamente la décima semana de embarazo.
Durante dicho periodo, el embrión experimenta una rápida diferenciación celular y especialización que dará lugar a la formación de los órganos y estructuras fundamentales del cuerpo humano.
El embrión se desarrolla dentro del saco amniótico, que lo protege y le proporciona el entorno adecuado para su crecimiento. Algunos eventos cruciales en la fase embrionaria incluyen la formación del tubo neural, que dará lugar al cerebro y la médula espinal, el desarrollo del corazón y los vasos sanguíneos, y la aparición de los primeros glóbulos rojos o eritrocitos.
A medida que avanza la etapa embrionaria, las estructuras externas y las características específicas del futuro bebé comienzan a tomar forma, sentando las bases para la siguiente etapa: el desarrollo fetal.
Feto
Esta es la etapa posterior al desarrollo embrionario y abarca desde la undécima semana de embarazo hasta el nacimiento. Durante esta fase, el feto continúa creciendo y madurando, y sus órganos y sistemas corporales se perfeccionan y se preparan para funcionar fuera del útero materno.
Durante el desarrollo fetal, se producen cambios notables en el tamaño y la forma del feto, y sus características faciales y corporales se vuelven más definidas. El sistema nervioso central sigue madurando, y el cerebro experimenta un rápido crecimiento. Los órganos internos, como los pulmones, el hígado y los riñones, continúan desarrollándose y madurando, mientras que el sistema circulatorio y el corazón aumentan su capacidad para bombear sangre de manera eficiente.
Además, el feto desarrolla la capacidad de realizar movimientos –conocidos como “movimientos fetales” o “pataditas”–, que son un indicador importante de su bienestar. A medida que se acerca el final del embarazo, el feto adquiere la posición adecuada para el nacimiento y se prepara para su entrada en el mundo exterior.
Exámenes durante el desarrollo embrionario
Es importante realizar exámenes prenatales para garantizar un embarazo saludable y el adecuado desarrollo embrionario. Dichos estudios incluyen exploraciones físicas, análisis de sangre y ecografías.
Además, se deben realizar pruebas específicas durante diferentes etapas del embarazo, para detectar posibles anomalías cromosómicas o congénitas.
En la primera revisión médica
Durante las 6 a 8 semanas de embarazo, se debe realizar una exploración física que incluye:
- Medir la estatura, el peso y la presión arterial.
- Revisar si los tobillos presentan hinchazón.
- Revisar la posición y el tamaño del útero.
- Realizar una muestra de sangre para descartar enfermedades infecciosas como la sífilis, la hepatitis y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
- Determinar el factor Rh (positivo o negativo).
- Analizar la muestra de orina.
Frecuencia de las consultas médicas
– Cada 4 semanas: hasta las 28 semanas de embarazo.
– Cada 2 semanas: hasta la semana 36.
– Finalmente, una vez a la semana hasta el parto.
Exámenes médicos de seguimiento
– Cribado del primer trimestre: mediante un análisis de sangre y una ecografía se determina si el feto puede desarrollar una anomalía cromosómica como el síndrome de Down o deformaciones congénitas.
– Ecografía: este examen médico es primordial para saber cuál es la posición que tiene el feto.
– Muestreo del vello coriónico: mediante este examen se puede determinar si las células de la placenta tienen una anomalía cromosómica como el síndrome de Down.
Comprender las etapas del desarrollo embrionario y realizar los exámenes prenatales adecuados es esencial para garantizar un embarazo saludable y el bienestar del bebé por nacer.
En IVI Santiago nuestros embriólogos prestan especial atención al desarrollo embrionario, utilizando tecnología avanzada como el EmbryoScope para monitorear y cuidar a los futuros bebés.
Los comentarios están cerrados.