La fecundación in vitro (FIV) es una técnica de reproducción asistida que consiste en la unión de un óvulo con un espermatozoide, de la pareja o de un donante de semen, para realizar la fecundación en el laboratorio.
Este tratamiento requiere una estimulación hormonal para poder obtener óvulos, que una vez fecundados en el laboratorio se implantarán en el útero para lograr el embarazo. La finalidad de este proceso es obtener embriones de calidad con los que aumentar las posibilidades de conseguir el embarazo.
Con este procedimiento se incrementan las probabilidades de gestación con respecto a la relación sexual por varios motivos:
El tratamiento de Fecundación in Vitro se recomienda en los siguientes casos:
Con el inicio del tratamiento –que viene marcado por el ciclo menstrual de la mujer–, comienza la estimulación ovárica, que tiene una duración estimada de 10-12 días.
Esta estimulación incrementa las posibilidades de éxito, ya que la mujer, de forma natural, solo produce un óvulo en cada ciclo menstrual, mientras que de esta manera se asegura el desarrollo de más de un folículo.
El especialista hace un seguimiento exhaustivo de la estimulación controlando el desarrollo del ciclo mediante ecografías, hasta comprobar que el número y el tamaño de los folículos es el adecuado.
Consiste en la aspiración de los folículos para extraer los óvulos bajo sedación profunda. Cuando los ovocitos están maduros y han alcanzado el momento óptimo, los recogemos recuperamos mediante ecografía vaginal. Es un procedimiento simple que no dura más de 15-20 minutos y que se realiza en el quirófano bajo sedación, para evitar cualquier posible molestia a la paciente.
Consiste en poner en contacto, en el laboratorio, los óvulos con la muestra de semen procesada de la pareja o de un donante.
Existen dos formas de realizar este proceso:
El cultivo de los embriones dura entre 5 y 6 días. Después de su fecundación, los embriones inician su desarrollo en incubadoreas con un medio de cultivo que les aporta lo necesario para su crecimiento. Durante este tiempo los embriólogos observan y analizan el desarrollo de los embriones para poder evaluar su calidad.
Se prepara el útero de la paciente para asegurar que el endometrio tiene el grosor óptimo para recibir al embrión y facilitar el embarazo. Posteriormente, se transfiere al útero el mejor embrión mediante una intervención sencilla, por vía vaginal y que no requiere anestesia.
Si el resultado es positivo, 20 días después se realiza una ecografía de control en la que se confirma el saco embrionario. Una vez obtenida el alta, puede continuar el seguimiento del embarazo con su ginecólogo habitual.
Las ventajas de la fecundación in vitro (FIV) son muchas, ya que es uno de los tratamientos de Reproducción Asistida con mayor repercusión. Consiste en obtener los ovocitos mediante aspiración folicular, ponerlos en contacto con los espermatozoides mediante FIV convencional o mediante inyección intracitoplasmática (ICSI) para obtener embriones que luego puedan ser transferidos al útero de la mujer.
La fecundación in vitro presenta mejores tasas de embarazo que la inseminación artificial. Además, con esta técnica podemos evaluar la reserva ovárica, podemos estimar la calidad ovocitaria y embrionaria y en los casos en los que nos encontremos con alteraciones importantes del seminograma, el ICSI nos permite seguir con el tratamiento ya que necesitamos tantos espermatozoides como ovocitos tengamos, ya que la técnica consiste en depositarlo en el interior del citoplasma ovocitario.
Por último, la fecundación in vitro es el tratamiento de elección si nos encontramos con una alteración en las trompas; en una situación así, no cabe la posibilidad de que el espermatozoide y el ovocito se encuentren, salvo que realicemos una fecundación in vitro
La duración de un tratamiento de fecundación in vitro completo es de aproximadamente 4-5 semanas, desde que comienzas a hacerte todas las pruebas necesarias antes de iniciar el proceso, seguido posteriormente de la estimulación ovárica que dura unas 2 semanas, la recuperación de ovocitos, fecundación y desarrollo embrionario hasta la transferencia en día 5, y finalmente la prueba de embarazo que confirmará el éxito del tratamiento a los 10-12 días de haberse realizado la transferencia.
La probabilidad de conseguir un embarazo con el tratamiento de fecundación in vitro (FIV) depende de muchos factores, siendo la edad la variable con más impacto en el éxito de los tratamientos.
En IVI, las tasas de éxito son muy buenas ya que personalizamos la estimulación hormonal adaptándonos a las necesidades de cada paciente. Las tasas de embarazo con tus propios ovocitos son de aproximadamente el 70%, y alcanzan casi el 80% en tratamientos de ovodonación.
Un ciclo de FIV no es doloroso. La punción ovocitaria se realiza en el quirófano y mediante sedación, aunque a veces se puede realizar sin recurrir a este tipo de anestesia. En este sentido, y a pesar de que la operación en sí no sea dolorosa, los primeros días la paciente puede sentir malestar, molestias abdominales y una ligera hinchazón. Estos síntomas tienden a desaparecer con los días o con la bajada de la regla.
La estimulación ovárica controlada es el primer paso para poder realizar una fecundación in vitro, y cuyo objetivo es lograr la maduración simultánea de varios folículos en el ovario; de esta manera, conseguimos aumentar el número de ovocitos disponibles para fecundar y en consecuencia, aumentar las posibilidades de conseguir un embarazo. La medicación se administra diariamente vía inyecciones subcutáneas; durante este periodo de estimulación, es necesario acudir a la clínica para, mediante, ecografía transvaginal, controlar el crecimiento de esos folículos.
En los primeros días de tratamiento, los síntomas son prácticamente nulos; éstos comienzan a aparecer conforme los ovarios vayan aumentando de tamaño como consecuencia de la medicación administrada. Estas molestias se traducen habitualmente en una sensación de peso abdominal y más que un dolor, se define como una sensación de presión en los ovarios; otros síntomas habituales son la presencia de algún hematoma en la zona de inyección.
La etapa de estimulación ovárica depende de numerosos factores, sobre todo con relación a cómo responde el ovario de la mujer a la medicación administrada y de si el crecimiento folicular es adecuado. Normalmente, cuando los folículos alcanzan un tamaño de 16-18 mm se programa la punción folicular para obtener los ovocitos.
En general, la fase de desarrollo folicular múltiple se extiende durante aproximadamente 10-12 días; de todas formas, la duración total del ciclo también está relacionada con el tipo de protocolo indicado por el especialista
La punción ovárica es un procedimiento que se realiza para obtener los óvulos del interior de los folículos del ovario. Consiste en aspirar el líquido folicular de los ovarios con una aguja a través de vagina, guiado ecográficamente. Se trata de un procedimiento sencillo, de corta duración (aproximadamente entre 15 y 20 minutos), y que se lleva a cabo bajo sedación. Por esta razón, la punción ovárica no duele en absoluto, aunque es habitual que la mujer experimente molestias después del procedimiento y que desaparecerán a las pocas horas
Normalmente la implantación embrionaria se produce dentro de los seis a ocho días posteriores a la ovulación y fecundación del ovocito, momento que coincide con la evolución del embrión a estadio de blastocisto. Si transferimos un embrión en día de blastocisto, la implantación se produciría casi de manera inmediata.
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