• En el 50% de los casos la causa es por alteraciones cromosómicas de los embriones, situación que se da más frecuentemente en mujeres mayores de 39 años
• Con el Diagnóstico Genético Preimplantacional, aumenta la tasa de éxito de embarazo de un bebé sano hasta en un 70%
SANTIAGO DE CHILE, 23 DE ABRIL 2018
Sufrir dos o más pérdidas espontáneas, antes de la semana 20 de embarazo, se define como aborto reiterado. Es una situación compleja, no sólo emocionalmente, y que en la mayoría de los casos se debe a alteraciones cromosómicas de los embriones, situación que se da más frecuentemente en mujeres mayores de 39 años. “Según nuestra experiencia y estudios en el área, a medida que aumenta la edad materna existe un mayor riesgo de aparición de embriones aneuploides, es decir, que han sufrido una mutación en cuanto al número de cromosomas”, explica el doctor Eliseo Sánchez Esteves, de Clínica IVI Santiago.
Pero no solo la edad de la mujer es una causal, también la presencia de anomalías cromosómicas, como translocaciones o inversiones, en cualquier miembro de la pareja. Asimismo, alteraciones en la cavidad uterina, como malformaciones congénitas del útero (tabiques, útero bicorne, unicorne, didelfo) u otras adquiridas, como pólipos o cicatrices que se producen después de algún procedimiento quirúrgico del útero, o miomas mayores a 5 cm se encuentran en las posibles causas de aborto espontáneo.
En esta misma línea, otros factores de riesgo pueden ser hipotiroidismo no tratado, diabetes mellitus no controlada, anomalías inmunológicas, trombofilias adquiridas o hereditarias, infecciones y factores ambientales.
“En las pacientes con aborto de repetición, en IVI Santiago actualmente realizamos estudios de la cavidad uterina (histeroscopia) y análisis de sangre para el estudio endocrino y del metabolismo. Si todo esto es normal, realizamos un estudio para identificar los embriones anormales cromosómicamente, llamado Diagnóstico Genético Preimplantacional. La eficacia de estos tratamientos de reproducción es muy elevada”, sostiene el doctor Sánchez Esteves. Y aunque estadísticamente es una situación poco habitual, puesto que afecta al 5% de las parejas en edad fértil, se trata de un problema muy difícil emocionalmente para quienes lo padecen.
“Muchas veces, se trata de embarazos que se interrumpen mucho antes de que sean anunciados a la familia, amigos o compañeros de trabajo. Por lo tanto, la pérdida, generalmente se vive en silencio. Se vuelve invisible”, afirma la psicóloga Daniela Vargas, de Clínica IVI Santiago.
“Por ello, es recomendable para quienes sufran una pérdida buscar apoyo en sus redes. Un espacio para conversar, para darle valor a lo que se está viviendo y evitar que este hecho se transforme en un tabú. Enfrentar el dolor dándole sentido y asumirlo como parte de la búsqueda de un hijo”, aconseja la especialista.
Y en relación al círculo que rodea a quienes sufren una pérdida, la psicóloga Vargas recomienda “respetar el tiempo del otro; calmar la ansiedad personal y el deseo de tener más información: saber qué pasó, por qué ocurrió, cuándo se volverá a intentar un embarazo. Y guiarse por las señales que den quienes han sufrido esta pérdida”.