Por el Comité editorial de IVI Santiago
Ser padres implica transitar un camino de muchas inquietudes; independientemente de si el nuevo integrante de la familia llega por una gestación normal o por reproducción asistida. Una de las dudas más frecuentes que preocupan a la pareja tiene que ver con las relaciones sexuales en el embarazo. Anteriormente se pensaba que el acto sexual podría ocasionar daños en el feto o bien podría interferir con el desarrollo de este. Sin embargo, los sexólogos, así como los especialistas en fertilidad, han determinado que tener relaciones sexuales no causa ningún tipo de riesgos o complicaciones ni a la madre ni a su hijo.
Al quedar embarazada son muchos los cambios fisiológicos que experimentan las futuras madres en sus cuerpos. Por ejemplo, entre éstos se destacan el aumento de peso, el aumento en el tamaño de los senos y hasta del útero, pues es en donde está el feto, la placenta y el líquido amniótico. A esto se le suma que las ganas de tener sexo en el embarazo pueden disminuirse a raíz de estos cambios, dado que la mujer no se siente bien físicamente o que el hombre no esté a gusto por saber que hay un bebé en el vientre. En este tipo de casos, lo ideal es buscar terapias de pareja para fomentar la comunicación y el vínculo en la intimidad.
Ahora bien, es importante aclarar cuáles son las consideraciones para tener en cuenta durante la relación sexual en el embarazo y son las siguientes:
¿Es recomendable tener relaciones sexuales en el embarazo?
En este punto es importante enfatizar que la actividad sexual no afectará al bebé siempre y cuando se esté frente a un embarazo normal y sin complicaciones como lo serían un parto prematuro o problemas con la placenta. En este sentido, viene bien explicar que, al momento de tener relaciones sexuales, no existe ningún contacto directo con el feto, pues está protegido dentro del útero por el cuello uterino y por el líquido amniótico de los movimientos. De igual manera, los músculos del útero también protegen al bebé de cualquier tipo de lesión. Por otro lado, es importante remarcar que el sexo en el embarazo no provoca un aborto espontáneo debido a que este tipo de casos solo ocurre cuando el feto no se desarrolla debidamente.
Evita las relaciones sexuales durante el embarazo si presentas estos síntomas
Las relaciones sexuales en cualquier fase de la gestación aportan muchos beneficios tanto en el hombre como en la mujer; pues se eleva el buen humor, se fortalece la zona pélvica, el crecimiento del feto se desarrolla de forma acorde y, además, se evitan los desgarres en el útero, entre otros tantos. Sin embargo, es válido tomar en cuenta ciertas condiciones al momento de la actividad sexual si se está embarazada dado que su práctica puede ser contraproducente si se tienen estos síntomas:
– Sangrado vaginal sin motivo alguno.
– Pérdida de líquido vaginal desconocido o diferente.
– Incompetencia cervical; esto pasa cuando el cuello uterino se abre de manera prematura.
– Antecedentes de parto prematuro o señales de haber tenido un parto prematuro en sí.
– Placenta previa; esto pasa cuando la placenta cubre parcial o por completo la abertura cervical.
¿Debes usar preservativo?
Si tu pareja tiene alguna enfermedad de transmisión sexual lo ideal es que no tengan relaciones íntimas. Con esto los expertos en fertilidad se refieren a que se debe suspender todo tipo de contacto sexual para evitar que la madre o el bebé manifiesten otras complicaciones antes o durante el nacimiento. Entonces, el uso del preservativo durante el acto sexual en el embarazo será pertinente si:
– La relación no es monógama por ambas partes.
– Se elige tener relaciones sexuales con una pareja diferente en plena gestación.
– La pareja actual no es estable pese al embarazo.
Si no tengo deseo sexual, ¿me debo preocupar?
El hecho de tener relaciones durante las primeras semanas de embarazo es más común de lo que se cree y no acarrea complicaciones si la gestación se considera normal, con todo lo que esto implica. Sin embargo, al transcurrir los primeros meses, es habitual que la mitad de las mujeres empiezan a presentar inapetencia sexual y esto se va incrementando hasta los tres meses de la gestación. Incluso, a medida que se acerca la fecha del parto el deseo sexual baja con más frecuencia por varios aspectos. El primero, por lo general, se debe a que la mujer ya no se siente bien con su apariencia física. El segundo, es porque siente mucha presión por saber cómo será el nacimiento del bebé. Y, el tercero, tiene que ver con el padre, dado que crea que puede ocasionar un daño a su pareja como al bebé, sin embargo, esto no ocurre.
Lo ideal en estos casos, es que como pareja acudan a una consulta de terapia o ayuda psicológica para aprender a manejar los cambios, inconvenientes o diferencias que se presenten durante el proceso de ser padres; desde el momento que toman la decisión hasta que llega el día del tan anhelado nacimiento del nuevo integrante de la familia. Es pertinente destacar que, si la pareja se sometió a un tratamiento de reproducción asistida, la ayuda psicológica será necesaria para lograr el bienestar físico, mental y emocional, aunque no presente baja en su frecuencia sexual.
Los 3 primeros meses de embarazo
El primer trimestre de embarazo puede venir acompañado de algunos malestares, náuseas o cansancio que quizá influyan en tus apetencias físicas y sexuales, o puede que, aunque te encuentres bien sientas que el bienestar del bebé puede peligrar con este tipo de actividades. Sea cual sea el motivo que te impida continuar con tus rutinas sexuales debes saber que, a menos que tu médico te indique lo contrario, este tipo de actividades potencian la irrigación de los órganos de la pelvis.
Como ya hemos mencionado anteriormente en otros artículos, siempre es importante consultar con tu médico particular, si estas en medio de un tratamiento de reproducción asistida, debes consultar con el especialista en reproducción asistida.
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