Por el Comité editorial de IVI Santiago
Un quiste en el ovario estando embarazada es una situación común que, aunque puede ser preocupante, usualmente no causa daño ni dolor. Dichos quistes son sacos llenos de líquido que se forman en los ovarios de la mujer y, generalmente, desaparecen por sí solos.
En ciertos casos, los quistes ováricos pueden existir previamente a la concepción, pero no detectarse hasta la primera ecografía. En otros casos, las hormonas del embarazo son la causa de que estos se generen.
Algunos aparecen en el primer trimestre y para el segundo ya no están; incluso, aquellos que en vez de desvanecerse crecen durante la gestación, no presentan complicaciones al curso normal de la misma. De todas formas, deberían ser monitoreados por el médico especialista en ecografías con cierta regularidad.
¿Qué pasa cuando se encuentran quistes ováricos estando embarazada?
Generalmente, los quistes ováricos no afectan al embarazo. Sin embargo, algunos pueden requerir monitoreo regular. Si se sospecha de malignidad o si son muy grandes, pueden requerir intervención quirúrgica, aunque esto no es común.
En cuanto al tamaño del quiste, aquellos descubiertos en el primer y segundo trimestre y que miden menos de 5 cm, por ejemplo, podrían seguirse mediante ecografía cada 4 a 6 semanas.
Por su parte, si son más grandes o se descubren en el tercer trimestre, pueden resultar más complicados y requerir intervención. Lo mismo ocurre si estos quistes son causa de una endometriosis no diagnosticada o del Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP).
Tipos de quistes en los ovarios
Los quistes ováricos funcionales son los más comunes y no suelen causar problemas. Se dividen en dos tipos:
- Foliculares: se forman cuando un folículo no se abre para expulsar un óvulo, inflamándose y formando un quiste. Generalmente desaparecen en 15 días.
- Del cuerpo lúteo: se forman cuando se acumula sangre en el cuerpo lúteo vacío tras expulsar un óvulo. Son menos frecuentes y suelen desaparecer en menos de dos meses.
Otros quistes pueden estar asociados a condiciones como el Síndrome de Ovario Poliquístico o la Endometriosis. En estos casos habría que vigilarlos más de cerca.
Síntomas de quistes en los ovarios
Es importante destacar que muchos quistes en los ovarios no presentan síntomas y solo se descubren durante exámenes médicos de rutina o ecografías realizadas por otras razones. Sin embargo, en algunos casos pueden generar molestias que varían según su tamaño, tipo y ubicación.
Algunos síntomas posibles incluyen dolor pélvico o abdominal, sensación de presión o hinchazón en el abdomen, cambios en los patrones menstruales, dolor durante las relaciones sexuales, aumento de peso inexplicable y necesidad frecuente de orinar.
Si experimentas dolor intenso y repentino, fiebre, mareos, vómitos o debilidad, es fundamental que acudas a un médico de inmediato, ya que podrían ser signos de complicaciones graves relacionadas con quistes ováricos.
Diagnóstico y tratamientos
El diagnóstico de quistes en el ovario se realiza mediante ecografías. Estas permiten evaluar la apariencia que tienen dichas formaciones, y establecer un plan de seguimiento o si –según su tamaño y potenciales características de malignidad– requieren intervención quirúrgica. Sin embargo, esto no es usual y no hay que alarmarse, ya que la tasa de aparición de tumores malignos durante el embarazo es relativamente baja.
En casos de mujeres con SOP o endometriosis, tratamientos de reproducción asistida como la vitrificación de ovocitos o la fecundación in vitro pueden aumentar las posibilidades de éxito en la concepción.
Vitrificación de ovocitos
La vitrificación de ovocitos es una opción para las mujeres con quistes ováricos que deben someterse a tratamientos para reducirlos o extirparlos quirúrgicamente.
Este procedimiento implica solidificar y preservar los óvulos con sustancias crioprotectoras antes de sumergirlos en nitrógeno líquido a -196ºC. De esta manera, se pospone indefinidamente la capacidad de utilizar óvulos “jóvenes” hasta que la mujer esté lista para llevar adelante un embarazo.
Para extraer los óvulos, se realiza una estimulación ovárica mediante la administración de hormonas y la aspiración de los mismos para luego fertilizarlos en laboratorio.
Fecundación in vitro
La fecundación in vitro (FIV) es aconsejable para las mujeres que tienen quistes ováricos que limitan su capacidad de concebir naturalmente.
Este tratamiento implica la fertilización de los óvulos en un laboratorio mediante la técnica convencional de FIV o la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI).
En la técnica convencional, se coloca un óvulo en una placa para rodearlo de espermatozoides y esperar a que se produzca la inseminación. En la técnica de ICSI, un espermatozoide es inyectado directamente en el óvulo con la ayuda de una pipeta. Posteriormente, se observan los embriones en el laboratorio y se elige el más sano para ser implantado en el útero materno.
Riesgos asociados a quistes ováricos durante el embarazo
Los quistes ováricos pueden causar complicaciones si continúan creciendo durante el embarazo, como ruptura, torsión o problemas durante el parto. Las mujeres con SOP o endometriosis pueden tener mayores riesgos y complicaciones en el embarazo.
¿Es malo tener quistes en los ovarios durante el embarazo?
Aunque tener un quiste en el ovario estando embarazada puede ser motivo de preocupación, en la mayoría de los casos no es perjudicial ni causa complicaciones.
Sin embargo, es importante estar informada y seguir las indicaciones médicas para garantizar una gestación saludable en caso de embarazo con quistes en los ovarios.
¿Cómo prevenir los quistes en el ovario?
No existe una prevención específica para los quistes ováricos, pero mantener un estilo de vida saludable y controlar condiciones asociadas como el SOP o la endometriosis puede ser beneficioso. Consultar con un médico obstetra o ginecólogo antes y durante el embarazo puede reducir significativamente las complicaciones.
En conclusión, tener un quiste en el ovario estando embarazada no implica necesariamente sufrir complicaciones. No obstante, es importante mantener una comunicación abierta con tu médico para cualquier inquietud o síntoma que puedas experimentar y asegúrate de asistir a todas las citas de control prenatal para monitorear tu salud y la de tu bebé.
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