Por el Comité editorial de IVI Santiago
Quizás muchas personas sepan que el 8 de marzo es una fecha importante porque se celebra el Día de la Mujer. Aun así, puede suceder que no se conozca en profundidad cuál es la razón por la que se conmemora.
En la actualidad, el género femenino está siendo partícipe de escenarios y cotidianidades en las que antes hubiese sido totalmente impensado. De esta manera, cada vez más, la sociedad se replantea qué lugar les dio históricamente a las mujeres durante tanto tiempo, vinculado a las tareas domésticas y de cuidado.
Al conmemorar el Día Internacional de la Mujer, se hace visible esta necesidad de cambiar el paradigma. Pero antes, hay que conocer cuál es la historia que vio nacer a este emblemático día.
La historia del por qué se celebra el día de la mujer
Fue un 8 de marzo de 1908. Dentro de la fábrica Cotton de Nueva York, Estados Unidos, un grupo de 129 costureras murieron en un incendio luego de declararse en huelga. Las mismas, reclamaban equidad salarial y mejoras en las condiciones de trabajo.
Tiempo después, para conmemorarlas a ellas y a su lucha por la equidad, ese mismo 8 de marzo fue declarado Día Internacional de la Mujer. Décadas pasaron desde entonces, poco más de un siglo de avances y retrocesos, pero fundamentalmente de conquistas. La mujer ganó terreno, lo que le permitió salirse de ese rol preasignado. Llegó a ocupar entonces lugares antes impensados, como la universidad, las urnas, la ciencia y la política.
Si bien los cambios en materia legislativa y educativa fueron de gran utilidad para este progreso, los avances científicos le dieron una ayuda más a la mujer. Además de alargar su expectativa de vida, le permitieron acceder a la maternidad cuando ellas lo deseen, sin importar la edad. Incluso, pudieron lograrlo sin la necesidad de estar en pareja.
Esto permite aún hoy que muchas de ellas no tengan que resignar sus metas profesionales y laborales a causa de sus tiempos biológicos. Fundamentalmente, les permite verse más allá de su edad, y de si tienen o no una relación sentimental estable.
Una realidad que se revierte poco a poco
La inserción de las mujeres en el mercado laboral permite ver con claridad esa disparidad que pretende desterrar el día de la mujer. Chile no es la excepción a la regla: aquí la participación laboral de las mujeres es inferior numérica y porcentualmente a la de los hombres.
A su vez, esa inequidad se les atribuye a dos factores: el papel socialmente asignado de cuidadoras de la familia y el tiempo que los empleadores creen que ellas tienen disponible para dedicarle al trabajo remunerado.
Como si fuera poco, las mujeres que sí tienen empleo reciben un salario inferior al de los hombres con responsabilidades parecidas, en al menos un 30%, según un informe del Instituto Nacional de Estadística de Chile [1].
Ser madres más tarde: una posibilidad para acercarse a la equidad y una razón más para preguntarse por que celebrar el día de la mujer
Ser madres o padres no implica necesariamente descuidar el trabajo remunerado o la carrera profesional. Sin embargo, el embarazo y los primeros años de un bebé suelen ser demandantes y cansadores especialmente para la madre. Ya sea por mandato cultural o porque biológicamente ella es la que lleva al bebé a término y la que está más cerca de él los primeros meses.
Sin embargo, esto no tiene por qué causar estragos en sus anhelos profesionales. Gracias a técnicas como la preservación de óvulos, que permite congelar los óvulos y ocuparlos más adelante cuando la mujer lo estime conveniente, pudiendo esperar para ser madre si así lo desea. Todo ello, sin perder la posibilidad de llevar adelante una gestación y de traer al mundo a un bebé saludable. De esta manera le da la posibilidad de desarrollarse como profesional o priorizar otros aspectos de su vida.
Cuando el límite biológico se aleja, la mujer puede decidir
La calidad y cantidad de óvulos empieza a declinar a los 35 años, y a los 40 hace su descenso más drástico. Sin embargo, al conservarlos lo antes posible, la mujer se asegura que el día en que decida ser madre podrá contar con los ovocitos más jóvenes y saludables.
De la misma forma, gracias al Test Genético Preimplantacional, se puede determinar si el embrión generado tiene alguna alteración genética y cromosómica (algo más frecuente en mujeres de edad avanzada). El objetivo de este test es, precisamente, analizar los preembriones en el laboratorio después de haberlos fecundado in vitro y antes de ser transferidos al útero materno.
Y cuando no se preservaron óvulos o cuando los tests dieron resultados negativos, también se puede recurrir a la ovodonación. IVI Santiago brinda este servicio asegurando los más altos estándares de calidad tanto en la salud de las donantes como en la de los óvulos donados. Además, hasta el momento, cuenta con el banco de óvulos más grande del país.
Gracias a todos estos avances, la mujer que está terminando sus estudios o creciendo profesionalmente, no se ve obligada a tomar decisiones de vida apresuradas. Y esto tiene un profundo impacto positivo en su crecimiento profesional y en el lugar que ocupa en la sociedad.
Por eso, este 8 de marzo es un día para celebrar los progresos en pos de la igualdad, así como plantear nuevas formas de sortear los obstáculos que aún quedan. Lo importante es que cada año, las mujeres ganen oportunidades que les permitan avanzar y elegir. Y una de esas oportunidades es darse el tiempo que necesitan para ser madres sin aumentar las chances de sufrir complicaciones.
Si bien no es la única, una herramienta como la Reproducción Asistida puede cambiar el panorama de quien cree que debe elegir entre dos anhelos. Ser madre y crecer en una profesión, ya no son incompatibles. Poder esperar para la maternidad es elegir y, sin dudas, poder elegir es una de las condiciones ineludibles de la libertad.
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