Por el Comité editorial de IVI Santiago
Existe una asociación entre estrés y fertilidad, si bien esta debe matizarse por distintos aspectos. En condiciones normales, la respuesta del organismo ante un estímulo estresante llega a detenerse en algún punto, restableciéndose el equilibrio fisiológico. Sin embargo, cuando esta reacción fisiológica es aguda y se mantiene en el tiempo, se producen significativos desequilibrios fisiológicos y metabólicos. Se trata del estrés crónico, causa de desgaste físico y mental que puede conducir a graves enfermedades y cuyos efectos sobre la fertilidad se sigue investigando.
Por otro lado, el estilo de vida poco saludable constituye un factor estrechamente ligado al estrés. El abuso de alcohol, tabaco, drogas y fármacos, así como una mala alimentación son hábitos nocivos que tienen un importante impacto en el sistema reproductivo. Esta situación contribuye a un ciclo de retroalimentación negativa, donde el estrés y las conductas no saludables se potencian mutuamente, agravando aún más los efectos adversos sobre la fertilidad.
¿Qué es el estrés?
El estrés es la reacción física, mental y emocional ante una amenaza, real o percibida. Esta situación es detectada como un peligro para la homeostasis o estado de equilibrio fisiológico imprescindible para sobrevivir. Para hacerle frente, nuestro cuerpo reacciona con respuestas adaptativas que implican la activación del sistema nervioso simpático y el eje hipotalámico-pituitario-adrenal. Así, se segregan distintos tipos de hormonas cuya función es proporcionar recursos energéticos que nos ayudan a lidiar con los estímulos estresores. Las principales son las catecolaminas y glucocorticoides, tipologías que incluyen la adrenalina y el cortisol, respectivamente.
La adrenalina
La también denominada epinefrina produce un aumento de la presión arterial y la frecuencia cardiaca, preparando al organismo para reaccionar tras la activación emocional que produce el miedo. Su secreción facilita la respuesta de huida o lucha, puesto que se trata de un suministro de energía de emergencia.
El cortisol
Identificada comúnmente con la hormona del estrés, su finalidad es dotar de glucosa a la sangre como fuente de energía para los músculos. Un elevado nivel de esta hormona esteroide está asociado con el desequilibrio hormonal y un gran número de afecciones médicas. Cuando el cuerpo libera cortisol puede influir igualmente en la secreción de prolactina; el aumento de esta hormona o hiperprolactinemia provoca alteraciones en el ciclo menstrual y falta de ovulación.
El cortisol también está detrás de la cuestión de cómo afecta el estrés al embarazo; su exceso puede estar relacionado con el parto prematuro y posibles cambios epigenéticos en el ADN del bebé.
¿Cómo afecta el estrés a la fertilidad?
Ante la cuestión de si el estrés afecta a la ovulación y a la calidad del esperma, es preciso aclarar que existe una notable controversia al respecto. En la comunidad científica existen estudios, por un lado, que demuestran la relación entre estrés y fertilidad debida a los desajustes hormonales producidos. Por otro, reputados investigadores científicos en el ámbito de la salud reproductiva no han encontrado hallazgos que puedan demostrar esta causa-efecto.
Sí existe, no obstante, un consenso en relación con el impacto que sobre el deseo sexual tienen tanto el estrés agudo como el sostenido en el tiempo. También se reconoce ampliamente la multitud de emociones negativas que la situación de infertilidad genera. No en vano, los pacientes que deciden optar por un tratamiento de reproducción asistida suelen experimentar sentimientos de culpabilidad por no lograr el embarazo, además de angustia y tristeza. La condición per se de la infertilidad como fenómeno que se alarga en el tiempo puede transformar estos sentimientos en trastornos de ansiedad y depresión.
Infertilidad por estrés
A pesar del debate sobre la fertilidad y estrés en los humanos, existen modelos animales en la investigación científica que explican esta interacción. En estos estudios se han logrado identificar los mecanismos por los que la hiperactivación fisiológica sostenida afecta a la capacidad de concebir.
Hormonas sexuales femeninas y estrés
Al igual que ocurre con el estrés y la calidad del esperma, el aumento de cortisol puede alterar la liberación de la GnRH, hormona liberadora de gonadotropina. Esta hormona es fundamental para el correcto funcionamiento del sistema reproductivo femenino. Su función es que la hipófisis elabore y libere la hormona luteinizante (LH) y la hormona foliculoestimulante (FSH). Ambas son reguladoras del sistema reproductor y endocrino tanto en hombres como en mujeres. En concreto en la mujer, una segregación irregular de GnRH puede producir:
- Retraso o inhibición del pico de LH en el ciclo menstrual, lo que impide un desarrollo normal de los folículos en los ovarios.
- Menor disponibilidad de estrógenos y progesterona.
- Cambios en la capa endometrial.
- Amenorrea o ausencia de menstruación.
- Anaovulación o ausencia de liberación del óvulo por el ovario. En cuanto al estrés y la ovulación, ciertos estudios señalan una menor calidad ovocitaria para ser fecundados.
Hormonas sexuales masculinas y estrés
El incremento de cortisol en sangre inducido por el estrés crónico modifica el equilibrio hormonal controlado por el eje hipotálamo-hipófiso-gonadal. Esta disrupción conlleva una mayor concentración de FSH y LH y, por ende, una insuficiencia en la producción de testosterona.
De igual modo, las investigaciones sobre esterilidad masculina han identificado distintos problemas en las muestras de esperma de quienes padecen estrés crónico:
- Detrimento de la calidad de las muestras seminales.
- Menor volumen del eyaculado.
- Descenso de la libido.
- Disfunción eréctil.
Estrés en los tratamientos de reproducción asistida
La infertilidad supone un gran desafío para las personas que desean concebir. El estrés emocional que esto supone se acentúa, sin duda, durante los procedimientos de reproducción asistida.
Diversas investigaciones han evaluado los niveles de ansiedad en distintos contextos médicos. Se ha comprobado que los tratamientos de fertilidad generan una de las cargas emocionales más elevadas, solo superadas por los tratamientos oncológicos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta respuesta emocional es comprensible, ya que al temor al fracaso se suma un intenso agotamiento físico y emocional. En estos tratamientos, pues, se intensifican considerablemente la ansiedad y el estrés que ya estaban presentes en la situación previa de infertilidad. En este sentido, el apoyo psicológico debe ser una parte imprescindible del equipo multidisciplinar que atiende a los pacientes en las clínicas de fertilidad.
Fuentes:
- L. Rooney, A. Doomar (2018) La relación entre el estrés y la infertilidad. Disponible en: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6016043/
- ¿Qué es el estrés crónico? (2023). Top Doctors. Disponible en: https://www.topdoctors.es/diccionario-medico/estres-cronico/
- Accort, E.E. Infertilidad y salud mental (2020). Cedars Sinai. Disponible en: https://www.cedars-sinai.org/blog/infertility-mental-health.html
- G, Marta ¿El estrés puede ser causa de hiperprolactinemia? (2024) Reproducción Asistida ORG. Disponible en: https://www.reproduccionasistida.org/faqs/el-estres-puede-ser-causa-de-hiperprolactinemia/#:~:text=S%C3%AD.,que%20provocar%C3%ADa%20problemas%20de%20fertilidad.
- Lewinsky, B., M. Brzozowska (2022) Infertilidad femenina como resultado de cambios hormonales relacionados con el estrés. Disponible en: https://gremjournal.com/journal/0203-2022/female-infertility-as-a-result-of-stress-related-hormonal-changes/
- Rodrigo et al. ¿Cómo afecta el estrés a la infertilidad? Causas y efectos (2020) Reproducción Asistida ORG. Disponible en: https://www.reproduccionasistida.org/el-estres-dificulta-el-embarazo/
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