Por el Comité editorial de IVI Santiago
El útero es el órgano femenino que se encarga de la reproducción y, gracias a él, el feto se puede ir desarrollando durante 9 meses, a partir del momento en el que se lleva a cabo la gestación.
Está situado en la pelvis y, por norma general, tiene una forma parecida a la de una pera.
Pero, al igual que cada persona es diferente físicamente, tenemos células distintas y ADN que nos hace ser únicos, lo mismo ocurre con el útero. De esta manera, aunque cada útero tiene la misma función y finalidad, es completamente imposible encontrar dos que sean iguales. Además, algunas mujeres sufren ciertas anomalías uterinas, por lo que los expertos han desarrollado un sistema de clasificación de forma más generalizada.
¿Qué son las anomalías uterinas?
Las anomalías uterinas son malformaciones que se hacen de forma congénita por un desarrollo anormal de los conductos de Müller (que desarrollan el útero, las trompas de Falopio y el cérvix), es decir, cuando el embrión se está desarrollando en el útero de su madre.
¿Qué consecuencias pueden tener en la fertilidad femenina?
Dependiendo del tipo de útero, y por tanto de la malformación femenina que presente cada mujer afectada, el riesgo de infertilidad en las pacientes puede ser elevado. En algunos casos pueden conseguir quedarse embarazadas, pero durante el desarrollo del feto, se producen abortos espontáneos. También puede ocurrir que la implantación del embrión sea complicada y se produzcan fallos de implementación.
Por esta razón, es importante acudir al ginecólogo regularmente para poder detectar cualquier anomalía u otras enfermedades o patologías que afecten al aparato reproductor femenino.
Tipos de útero
A nivel mundial existen dos clasificaciones distintas de los tipos de útero que existen. Por un lado, la establecida por la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva (ASRM), y por otro la establecida en conjunto por la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) y la Sociedad Europea para la Endoscopia y Ginecología (ESGE).
A continuación explicaremos la clasificación realizada por la ASRM:
Útero normal
El útero normal es aquel que, aunque con sus pequeñas diferencias, es parecido en todas las mujeres que no sufren ningún tipo de malformación.
Cuenta con una abertura de las trompas de Falopio, una pared uterina que protege la cavidad uterina, el cuello del útero y finalmente, la vagina.
Útero didelfo o doble
El útero didelfo es poco frecuente, pero algunas mujeres pueden nacer con él. Cuando el feto se está desarrollando, el útero de la futura mujer empieza a formarse en dos tubos y, conforme va creciendo, deberían unirse hasta forma un útero normal.
En el caso del útero didelfo, esto no sucede así, pues lo tubos no acaban de unirse por completo y se desarrolla otro órgano completamente distinto.
Por tanto, el útero didelfo se trata de una malformación uterina en la que se forman dos úteros distintos al no unirse por completo los conductos de Müller durante el desarrollo embrionario.
Estos úteros pueden desembocar en el cuello del útero, pero en algunos casos es posible incluso que cada útero tenga el suyo propio, llegando incluso a contar con dos vaginas.
Las pacientes que presentan este tipo de útero pueden quedarse embarazadas e incluso llevar a buen término su embarazo, pero es importante saber que las posibilidades de aborto espontáneo son muy elevadas e incluso existe el riesgo de parto prematuro. Por lo que deben estar en contacto continuado con su médico ginecólogo para que el seguimiento del embarazo sea adecuado.
Útero septado
El útero septado es una malformación uterina que tiene un aspecto externo clasificado como normal, pero que, en su interior, puede distinguirse una especie de pared llamada septo, que es capaz de dividir por completo, o solo en parte, el útero en dos cavidades diferentes.
Este tipo de útero suele ser el más común en aquellas mujeres que presentan una malformación uterina, pero también es de los que más riesgos y problemas en cuanto a la reproducción, pues el índice de abortos espontáneos en gestación avanzada es muy elevado.
Útero bicorne
El útero bicorne es una malformación uterina que presenta una bifurcación superior por dos cuernos, exponiendo la forma de un corazón.
Dentro de los casos de malformaciones uterinas, este tipo de útero es bastante frecuente, y también se le conoce como útero en forma de corazón.
La paciente que tiene un útero bicorne puede presentar problemas de fertilidad, ya que la implantación del embrión se dificulta y, si lo hace, el desarrollo del feto puede complicarse. Pese a ello, no todas las pacientes que presentan este útero tienen porqué tener problemas de fertilidad.
Útero arcuato
El útero arcuato es una malformación uterina en la que el útero presenta una forma exterior normal, pero que en su interior muestra un pequeño tabique.
Esta malformación no afecta a la fertilidad femenina, por lo que las mujeres que tienen este tipo de útero suelen tener embarazos normales y partos sin dificultades añadidas o diferentes a las de cualquier otro tipo de parto considerado normal.
El médico ginecólogo será el encargado de establecer cuál es el tipo de útero que tiene cada paciente y, de ser necesario, llevar a cabo las indicaciones que sean necesarias para que el embarazo deseado finalice sin complicaciones.
Fuentes:
- Emergui Zrihen, Y. et al. (2017), Malformaciones congénitas en mujeres sometidas a técnicas de reproducción asistida, Elsevier. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-clinica-e-investigacion-ginecologia-obstetricia-7-articulo-malformaciones-congenitas-mujeres-sometidas-tecnicas-S0210573X16300041
- Grimbizis, Grigoris F. et al. (2013), Diagnóstico y clasificación de anomalías genitales, Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología. Disponible en: https://www.eshre.eu/Guidelines-and-Legal/Guidelines/Diagnosis-and-classification-of-Genital-Anomalies
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