Por el Comité editorial de IVI Santiago
Las visitas a una clínica de fertilidad son decisivas, desde la primera consulta. No sólo porque en ellas la mujer o la pareja sabrán qué pruebas de fertilidad deben realizarse, sino porque también serán “la llave” para conocer a los profesionales que llevarán adelante el tratamiento, y por ende con los cuales será necesario generar un vínculo.
En cuanto a las pruebas de fertilidad, estas difieren entre mujeres y hombres, y también se irán adaptando a la situación de cada paciente. Esto quiere decir que no todas las mujeres ni todos los hombres atravesarán los mismos estudios y procesos, dependerá de la situación particular de cada uno.
Respecto a los tiempos, desde IVI Santiago hacemos hincapié en que la consulta de fertilidad debería llegar después de un año de mantener relaciones sexuales sin concretar un embarazo (si es lo que se busca), o bien pasados los 6 meses si la mujer es mayor de 35 años.
La consulta es muy importante porque es lo que permitirá conocer la causa de la infertilidad -si la hay- para de esa forma poner en marcha el tratamiento de reproducción asistida adecuado.
En cuanto a qué se realiza en la consulta, el médico llevará adelante una valoración sobre el estado general de la salud de la mujer, así como también de sus antecedentes personales y familiares.
Principales pruebas de fertilidad en la mujer
Algunas de las pruebas de fertilidad que se realizan en la mujer, dependiendo el caso:
- Ecografía transvaginal y citología: se utiliza para explorar el aparato reproductor de la mujer y comprobar que los ovarios funcionen. Además, estas pruebas permiten hacer el recuento de folículos antrales durante los primeros días del ciclo menstrual. La citología también sirve para detectar posibles infecciones.
- Análisis hormonal: el objetivo es detectar alteraciones hormonales que afectan el ciclo menstrual. Se toman en consideración las hormonas foliculoestimulantes (FSH), luteinizante (LH), hormona antimulleriana (AMH), la progesterona y el estradiol. Por lo general este análisis se realiza entre el segundo y quinto día del ciclo menstrual. Sólo queda exceptuada la progesterona, que es recomendable medirla alrededor del día 21.
- Estudio del cariotipo: este análisis de sangre sirve para detectar anomalías en la cantidad o la estructura de los cromosomas que provocan la infertilidad femenina.
- Histeroscopia (HSC): con la ayuda de un histeroscopio (una herramienta que presenta una cámara en la punta), se busca detectar si hay alteraciones en el útero y el endometrio, como pólipos y miomas. Esta prueba también permite determinar la causa por la que no se consigue el embarazo.
- Biopsia endometrial: tomando una muestra de tejido del endometrio se puede conocer si hay anomalías a nivel celular.
Asimismo, es importante conocer la reserva ovárica; es decir, la cantidad de óvulos que una mujer tiene con fines reproductivos. Este dato es clave para que la paciente pueda iniciar un tratamiento de reproducción asistida como, por ejemplo, la fecundación in vitro (FIV).
Pruebas de fertilidad masculinas
Muchas veces en la consulta surge la pregunta sobre si los hombres también tienen que realizarse pruebas de fertilidad. La respuesta es sí.
Sí, no sólo porque en caso que la búsqueda sea en pareja los dos son parte del mismo proceso y el hecho de que realicen las pruebas aumenta el compromiso, sino porque además las causas que provocan la infertilidad pueden ser atribuibles a una u otra persona e incluso a ambos.
También existe la posibilidad de que no haya algo puntual atribuible a alguno de los dos, sino que simplemente se trata de una suerte de “incompatibilidad” por la cual no se puede lograr el embarazo, pero que en realidad no responde a nada concreto.
Así, contando con pruebas para ambas personas, cuánto más se sepa sobre el cuadro de situación, mejores serán las probabilidades de ayudar a esa pareja en su búsqueda.
¿Qué pruebas se realizan en los hombres?
Básicamente, la fertilidad masculina consiste en que los testículos produzcan suficientes espermatozoides sanos, y que estos se eyaculen efectivamente y puedan llegar hasta los óvulos, atravesando las trompas de Falopio.
Como en el caso de la mujer, todo comienza con un examen físico general con evaluación de los genitales, para luego pasar a pruebas más específicas. Por ejemplo:
- Análisis de muestras de semen: estas se estudian en el laboratorio para conocer cantidad y estado.
- Análisis de hormonas: mediante un análisis de sangre se puede determinar el nivel de testosterona y otras hormonas masculinas.
- Análisis de sangre: suelen pedirse para conocer si existe algún defecto genético como por ejemplo un examen de cariotipo, y serologías.
- Biopsia testicular: se utiliza para detectar anomalías que contribuyen a la infertilidad, así como también los procedimientos de técnicas de reproducción asistida como la FIV.
Finalmente, también puede solicitarse la evaluación de una muestra de semen para detectar anomalías en el ADN.
Como verás, en lo que a pruebas de fertilidad se refiere, son muchas las herramientas de las que disponen los especialistas para ayudarte en la búsqueda y el camino para lograr el embarazo.
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