Por el Comité editorial de IVI Santiago
Hoy día las mujeres suelen cuidar más su apariencia que años atrás. Usualmente realizan algún tipo de actividad física, ya sea en el gimnasio o con un personal trainer para mantenerse fit, se toman un momento para ir al salón de belleza y hasta incluso asisten a centros de estética para realizarse procedimientos no invasivos que la ayudan a detener o por lo menos retrasar el envejecimiento de la piel. Todo esto mientras va encontrando su lugar en el mundo corporativo y logrando sus objetivos laborales y/o educativos. Es por ello que cada vez es más común escuchar que las mujeres a los 40 se encuentran en su plenitud, tanto física como laboral y económica. Los principales motivos por los cuales las mujeres retrasan cada vez más la maternidad son: su vida laboral y económica, la oportunidad de viajar y disfrutar de su vida social.
Lamentablemente esto no coincide con la edad reproductiva de la mujer. Aún no existen ejercicios ni retoques estéticos que se puedan realizar las mujeres para detener el envejecimiento de los óvulos en su cuerpo.
La edad materna y la fertilidad
La edad de la mujer es uno de los factores más importantes en el éxito o fracaso de las técnicas de reproducción asistida. Sabemos que la fertilidad de la mujer empieza a disminuir a partir de los 35 años. Cada mujer nace con un número finito de óvulos. Al nacer la mujer presenta alrededor de un millón de este tipo de células inmaduras. Sin embargo, al llegar a la adolescencia, tan solo quedan en el organismo unos 400.000 óvulos, que se irán perdiendo en cada menstruación. Al llegar a la edad reproductiva, la mujer ovulará 400 óvulos aproximadamente para el resto de su vida.
Junto a los propios óvulos, la reserva ovárica y la calidad ovocitaria son las variables que la mujer debe tener en cuenta al momento de decidir ser madre o retrasar su maternidad:
- La cantidad y calidad de los óvulos (reserva ovárica) disminuye naturalmente y progresivamente desde el momento en que la mujer nace hasta que alcanza la menopausia. Esta disminución es gradual hasta principios de los 30 años, pero se acelera rápidamente después de mediados de los 30
No solo es más difícil quedar embarazada (concebir), sino que son más frecuentes los abortos involuntarios y las anomalías cromosómicas (como el síndrome de Down)
Los fibromas, la endometriosis y la enfermedad de las trompas son más frecuentes y pueden afectar la fertilidad
Las mujeres que quedan embarazadas a una edad más avanzada tienen un riesgo más alto de sufrir complicaciones durante el embarazo, como la diabetes gestacional o la preeclampsia
Como hemos detallado, la caída de la fertilidad, la posibilidad del riesgo de enfermedades genéticas en la descendencia o la amenaza de parto prematuro, hacen que la maternidad a los cuarenta sea un tema de actualidad. Es por ello, que cada vez son más frecuentes las consultas por deseo de gestación más allá de los 38 años, período que podríamos considerar “pre menopáusico”.
La fertilidad de la mujer en números
Es fundamental que las mujeres sepan que, a medida que aumenta su edad, la calidad genética de sus óvulos se va perdiendo. Es decir, a los 30 años el 70 % de los óvulos que tiene una mujer son genéticamente normales, mientras que a los 40 años solo el 30 % presenta esta característica.
Cuando hablamos de óvulos genéticamente normales, queremos decir óvulos que tienen un número de cromosomas normal. Todas las células tienen 46 cromosomas y eso está determinado por los 23 cromosomas que aportan los óvulos de la mujer y los 23 cromosomas aportados por los espermatozoides del varón. A mayor edad, los óvulos pueden tener cromosomas de más o de menos. Por ejemplo, si se tiene una copia adicional del cromosoma 21, es decir, 3 copias en vez de un 21 del padre y otro 21 de la madre, se habla de una trisomía del cromosoma 21 o del Síndrome de Down. Las probabilidades de que los embriones sufran alteraciones genéticas aumentan a medida que aumenta la edad de la mujer.
Por todos estos datos, existe un consenso en todas las guías internacionales en que en pacientes mayores de 35 años debería comenzarse el estudio de esterilidad tras 6 meses de relaciones sin protección y sin que se consiguiera la gestación. Esto también se debe a que el porcentaje de embarazo que se consigue en mujeres con edad mayor a 40 años con técnicas de reproducción asistida está alrededor del 15-20 %. Es importante que las parejas entiendan que la edad es el principal factor pronóstico para el éxito de los tratamientos de Reproducción Asistida.
La edad de la mujer también afectará el embarazo, y será de gran importancia el cuidado óptimo de su dieta, su tensión arterial, su peso y la realización de ejercicio regular durante la gestación.
¿Qué hábitos puedo cambiar para retrasar el envejecimiento reproductivo?
- Comer bien,
- Hacer ejercicio regularmente,
- Dormir lo suficiente,
- Evitar el cigarrillo,
- Adoptar un estilo de vida que reduzca el estrés
Adoptar estos hábitos puede mejorar la salud en general. De acuerdo a la American Society of Reproductive Medicine, estudios sugieren que el cigarrillo, la alimentación y el estrés pueden afectar la calidad de los óvulos/espermatozoides y acelerar la menopausia. Sin embargo, a pesar de hacer nuestro mejor esfuerzo para retrasar o revertir el proceso, una mejor salud no alcanza a contrarrestar la disminución natural de la fertilidad de la mujer en relación con la edad, y puede ocurrir mucho antes de lo que la mayoría de las mujeres esperan.
Retrasar la maternidad a conciencia
Las técnicas de preservación de la fertilidad ofrecen la posibilidad de postergar la maternidad a todas aquellas mujeres que así lo deseen.
La vitrificación de ovocitos es la técnica más empleada para la preservación de la fertilidad. El procedimiento es sencillo: se estimula el útero de las pacientes para obtener el mayor número de ovocitos posible, se extraen y se introducen en nitrógeno líquido a una temperatura de -196 ºC.
Este tratamiento puede llevarse a cabo tanto por motivos oncológicos, para tener la posibilidad de tener hijos tras superar un cáncer, como por motivos sociales, es decir, laborales, por ausencia de una pareja estable, etc.
La preservación de la fertilidad ha experimentado un cambio radical desde que se comenzó a practicar en 2006. Este tratamiento fue, en un principio, concebido para aumentar las tasas de éxito de los tratamientos de reproducción asistida en diferido, es decir, cuando los óvulos, embriones y espermatozoides no son frescos. Sin embargo en los últimos años, la vitrificación se ha convertido en la mejor técnica para postergar la maternidad. Cuanto menor sea la mujer a la hora de preservar, mejor serán la calidad de sus óvulos y las probabilidades de embarazo a la hora de utilizarlos.
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